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Sáb, Abr

Cómo desconectar y estar en modo vacaciones

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Las vacaciones son esperadas todo el año pero cuando llegan nos suele costar desconectar de verdad y finalmente se necesita "Vacaciones de las vacaciones".

 

 

 "Hay una diferencia entre relajar y vacacionar. Mientras que "vacacionar" puede implicar simplemente cambiar de escenario, 'estar presente en vacaciones´ implica conexión profunda con una misma y nuestro entorno, descanso, reflexión y renovación", explica Analía Tarasiewicz psicóloga del trabajo y directora de Trabaja Mejor. Y agrega: "Ponerse en modo avión a una misma es una sensación sin igual. Muchas lo logran, otras sienten la llegada de las vacaciones con gran ansiedad, miedos, angustia, estrés y les cuesta desconectar de las responsabilidades.  Sienten una sensación de inutilidad si tienen que estar inactivas. Parar implica también verse y en muchos casos eso aterra". 

 

En este tipo de personalidades, se elevan las tendencias psíquicas, aparece la angustia relacionada con el tiempo de ocio y la autoexigencia. Surgen planteos tales como: "No sé quién soy, no sé qué hacer, no sé qué me gusta, no me conozco, no me gusta estar con esta persona, no soy feliz". Y el mecanismo de defensa puede ser la hiperconexión digital, hacer mil actividades o seguir trabajando aún en período de descanso.

 

¿Qué podemos hacer para tener unas vacaciones más conscientes, relajadas y saludables?

 

Desde el Método Tarasiewicz consideramos que es vital adoptar una mentalidad consciente, comunicativa y equilibrada durante las vacaciones para maximizar el bienestar y disfrutar de experiencias significativas. Y para ello hay que pensar en todas las fases que tienen las vacaciones: la planificación, el viaje, la estadía, la vuelta y el después. Comprender estas etapas puede ayudarte a gestionar mejor tus expectativas, a prepararte para posibles contratiempos y a aprovechar al máximo cada momento, tanto durante el tiempo de descanso como al regresar a la vida cotidiana.

 

-La planificación: puede ser estresante, especialmente si se busca un control detallado. Es importante recordar que las vacaciones son para disfrutar y no para seguir una lista estricta de tareas. Aunque es útil conocer el destino y las actividades disponibles, es mejor adoptar una planificación flexible. 


 -Utilizá la información como una guía para no perderte experiencias, pero permitite momentos de espontaneidad. Reservá algunas actividades con anticipación si es necesario, dejando espacio para disfrutar del presente sin preocupaciones excesivas.

 

Quizás seas de las que tienen miedo a que, cuando vuelvas de las vacaciones, pierdas tu puesto o a dejar las tareas en manos de otras personas, a no llegar a tener todo organizado y perfecto, o capacitar a quien te reemplace. Aprovechá esta etapa para ordenar, delegar y capacitar lo más posible a tu reemplazo, o si tu puesto no te da esa posibilidad armate un esquema de horarios acotados para no invadir todos los espacios con tu trabajo durante tu estadía. No esperés el control total si querés  relajarte, esto en cambio podría elevar tu estrés.

 

En caso de viajar con amigos o familiares, establecer expectativas claras y negociar actividades para evitar conflictos y lograr un equilibrio entre las preferencias individuales y las actividades compartidas.

 

-La etapa del viaje: actuá como "Momento colador de pensamientos", es una antesala a lo que sentirás durante tu estadía, es un gran momento para empezar a detectar cuáles son los pensamientos negativos que te inquietan y que hay que acomodar para trabajar a la vuelta, si es necesario, con un profesional y cuáles hay que desterrar de la mente.

 

-El "durante": los primeros días pueden ser de adaptación y se debe tratar de reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y aumentar los niveles de oxitocina (la hormona del amor) y dopamina (la hormona de la felicidad).

 

Conectá con vos misma y las personas que amás, reconsiderá hábitos y estilo de vida para cultivar un vínculo más profundo. Despertá temprano y aprovechá el día para realizar actividades al aire libre. Algunas sugerencias son:

 

-Intentar lo más posible la desconexión digital: evitando el uso del celular para disfrutar del momento presente y reducir distracciones.

 

-Evitar cansarnos de más: hacer mil actividades, tapar los tiempos muertos, no dejarse llevar, ir de compras todo el tiempo; a menudo nos encontramos haciendo actividades que no hacemos durante el año, como escalar o correr en la playa sumado a si fuiste con niños, mascotas o familiares.

 

-Flow y disfrute: Buscá actividades que fluyan naturalmente y permitan disfrutar del descanso sin presiones ni obsesiones.

 

-Enfoque en el bienestar: Priorizá la salud y el bienestar a través de actividades físicas, meditación o simplemente descanso.

 

-Reflexión y autoconciencia: Tomá el tiempo para evaluar las necesidades y prioridades, reconociendo cuándo es necesario tomar un respiro y ajustar la rutina según sea necesario.

 

-Disfrutar del presente: Evitá la mentalidad de "capturar el momento" constantemente a través de fotografías o redes sociales, y en su lugar, sumergite y disfrutár plenamente de las experiencias en tiempo real.

 

Y algo muy importante: aprendé a tomarte micro-vacaciones diarias.  Incorporá pequeños momentos de relajación y placer en la rutina diaria, como disfrutar de una comida tranquila, dar un paseo relajante, conectar con la naturaleza y la familia, amigos o pareja, o dedicar tiempo a un hobby.

 

¡No esperes a las vacaciones para disfrutar! Y si sentís que hay aspectos que no podés resolver, no dudes en pedir ayuda profesional.