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Vie, Abr

Los Bebés del verano

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Más allá de la región geográfica, amplitud térmica y temperatura media, el verano es  la estación más cálida. Los bebés nacidos en la estación estival han sido concebidos mayormente entre el otoño y el invierno. Sus madres han pasado la primera parte del embarazo vistiendo muchas ropas que no dejaron ver tempranamente la prominencia de la panza.

 

Llegada la primavera, el proceso de embarazo más avanzado y afianzado se vuelve evidente entre el despojo de ropas y el brote de alegría que produce esta noble estación. Las embarazadas probablemente también hayan sido alcanzadas por los estornudos y toses que acompañan la etapa de floración. Los pequeños en gestación se van acostumbrando a los movimientos espontáneos que proponen los estornudos y las toses de sus madres.

En la época de calor no es frecuente atar cordones por lo que las embarazadas de esta estación tienen alguna ventaja. También en relación a sus atuendos más sueltos y frescos que permiten un movimiento libre y cómodo. La necesidad de contacto con el agua es un poco más frecuente y ofrece un bienestar incomparable.

La alimentación de la embarazada en esta etapa es más liviana y frugal, esto ayuda mucho en la digestión atareada que tiene el sistema digestivo que se encuentra comprimido en el poco espacio que el pequeño en gestación va dejando a medida que crece.

Es un gesto simpático ofrecerle a la madre gestante masajes en los pies con alguna crema refrescante para ayudarla a descomprimir la inflamación y el cansancio. Siempre es conveniente ofrecerle bienestar, ella tiene a cargo el albor y la esperanza de una nueva etapa Social. Si la Madre se siente querida y cuidada, eso es lo que va a poder brindarle a su bebé desde la gestación.

Es frecuente que en esta época del año el paso del ambiente cálido al del acondicionador de aire genere molestias en la garganta. La respiración de la embarazada del último trimestre suele ser un poco más frecuente y la sensibilidad de las vías respiratorias es mayor.

Nacer en verano es como seguir en la panza en comparación con la temperatura que rodea al recién nacido; su piel es muy fuerte pero delgada. Pierde rápidamente líquidos por lo que los bebés del verano suelen necesitar más hidratación. El calor promueve siestas prolongadas que conviene controlar de cerca para evitar deshidrataciones. Si el ambiente se refrigera, entonces es adecuado ponerle algunas ropas livianas para que pueda mantener mejor su temperatura corporal.

La leche que produce una madre de bebé nacido en verano suele contener más cantidades de agua para poder compensar esa necesidad de hidratación. Entonces, cuidando a la madre, estamos cuidando a su bebé por carácter transitivo.

Cumplir años durante el verano puede tener muchas ventajas. Estos bebés nacen en un momento de resplandor natural, la naturaleza está en su momento de mayor seducción, con intensidad de flora y de fauna. Las grandes ciudades suelen estar más calmas. La alimentación en esta estación ofrece propuestas frescas y llenas de colores. Los carnavales enmarcan la celebración de la estación más colorida.

Los bebés del verano reciben el frío con asombro, suele ser difícil vestirlos luego de haber vivido sus primeros meses tan sueltos de atuendos. Los zapatos no son una propuesta muy posible para ellos, aún en la época invernal prefieren andar descalzos.

La primavera los recibe con propuestas de movimiento más amigables. Pronto se vuelven a encontrar con la estación en la que conocieron este mundo, vuelve la fiesta pero ya con habilidades de movimiento e interrelación que han sido desarrolladas gradualmente.

El verano es una linda estación para nacer y para convertirse en Madre. El final del embarazo y el puerperio inmediato vividos durante el verano, invitan a vivir con un ritmo desacelerado. Ya no hay brindis de fin de año, ni casi gente en las ciudades. La posibilidad de abstraerse de todos los estímulos urbanos es mayor. Profundizar la relación con el nuevo, o los nuevos, integrantes de la Familia es una invitación exclusiva a una Fiesta íntima, única e irrepetible.