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Vie, Abr

El Poder de la Gratitud

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Ser agradecida es una de las actitudes más bellas y que más transformaciones puede provocar en el ser humano. Ser agradecida a la vida, a cada una de las experiencias, incluso las más difíciles, ya que de ellas se obtiene el mayor de los aprendizajes. Ser agradecida a lo vivido cada día, con todos sus matices, con sus luces y sus sombras.

Ser agradecidas por nuestro cuerpo, por ser la herramienta perfecta para movernos en este plano. También si tenemos dificultades o no contamos con la salud más óptima, ya que esta realidad puede enseñarnos a adaptarnos de otra manera.

Ser agradecida a los dones que nos hacen únicas e irrepetibles, al talento que nos posibilita expandir nuestro potencial y cumplir con nuestra misión, la que solo nosotras podemos realizar.

Ser agradecida por las oportunidades que tenemos cotidianamente de expresar buenos sentimientos y realizar loables acciones; por nuestra capacidad de amar, de reír, de llorar, de redescubrir lo que nos rodea con una mirada distinta.

Ser agradecida a las personas que formaron parte de nuestro camino y a las que nos acompañan en nuestro presente. Ser agradecida con quienes entablamos lazos constructivos, que posibilitan sacar de nosotras lo mejor, como también con las que tenemos relaciones difíciles, ya que de todas y cada una aprendemos y nos ayuda a superarnos.

Ser agradecida con una misma, cuando nos prodigamos cuidados, nos protegemos y buscamos nuestro bienestar, sea éste, físico, mental o espiritual.

Ser agradecida, siempre y ante toda circunstancia; con los otros y con nosotras. Conservar esta capacidad cuando las situaciones no resultan como queremos, significa aceptar y honrar la vida, ya que a pesar de lo que consideremos que nos falta o nos quita, todo es parte de la misma y merece ser vivido con la misma intensidad.

También es muy importante poner en palabras la gratitud que sentimos, decir gracias nos exhibe más abiertas, más sensibles, mejora nuestras relaciones y nos posibilita un fluir más armónico.

Hay personas que por diferentes razones, no desarrollan la capacidad de expresar gratitud, perdiéndose así, un mundo emocional desconocido hasta entonces en un dar y recibir genuino. Tengamos en cuenta que al agradecer no sólo estamos mejorando nuestra realidad sino también la de los destinatarios de nuestro agradecimiento.

Nuestra vida puede ser maravillosa, viéndola como una escuela que nos proporciona un aprendizaje constante y nos apoya a ser mejores en todos los aspectos, por nosotras en primer lugar, y por los otros como destinatarios de nuestra propia transformación.