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Vie, Abr

El verano y la diarrea en los chicos

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 El verano continúa y el calor, la pileta y la mayor exposición a fuentes de contagio no son aliados de papis y chicos. No obstante, se pueden tomar medidas que permitan disfrutar de las ansiadas ¡vacaciones!

La diarrea es la evacuación floja, líquida y frecuente. Puede darse por contacto con sustancias o lugares contaminados y es muy común que la padezcan los niños pequeños porque son los más débiles a determinadas bacterias o virus.

En verano es frecuente dado que en las piletas de natación puede haber agua contaminada. Con los alimentos hay que tener cuidado si pierden su cadena de frío por algún motivo, como los frecuentes cortes de luz. El consumo de verduras crudas y frutas que no fueron bien lavadas pueden transmitir también diferentes virus, bacterias o parásitos.

Para tratar las diarreas, es fundamental acudir al pediatra para que determine cómo proceder. Si el niño no presenta un cuadro complicado (que no esté muy deshidratado), seguramente lo envíe a la casa con medidas preventivas como una dieta sin azúcares, ni grasas ni alimentos con mucha fibra que produzcan hinchazón o flatulencias. Además, es fundamental una buena higiene en toda la familia para evitar la propagación de las bacterias, y una hidratación permanente del pequeño.

En los menores de un año y medio, las deshidrataciones son medibles únicamente en la balanza porque el niño no presenta otros indicios en su aspecto. Después de esa edad, los chicos van manifestando debilidad producto de la defecación constante acompañada de vómitos en algunos casos. A veces puede observarse resequedad en los ojos, nariz y boca, pero prácticamente es notable que el niño no tenga ganas ni de jugar porque no tiene fuerzas. Claro que no hay que esperar a que esto ocurra, cuando el niño empieza a tener diarreas automáticamente hay que empezar a hidratarlo por demás.

Normalmente, la diarrea desaparece sin medicación entre los 3 y 5 días después de haber surgido.

Si bien no es algo grave en la mayoría de los casos, siempre es mejor prevenirlas. Por eso, hay que tener esto en cuenta.

-Lavale las manos a tu hijo asiduamente

-Cuidá una buena hidratación y nutrición del pequeño

-Lavá bien las frutas y verduras antes de consumirlas

-Cociná bien las carnes, como el pollo, la carne vacuna y el pescado

-Si tenés pileta, recambiá periódicamente el agua

Todos los chicos pueden sufrirla una vez o con frecuencia, dependerá mucho de los hábitos de higiene que tenga cada familia, las defensas de cada criatura y la exposición, o no, que tenga a los diferentes factores de contagio. La diarrea estival se da indistintamente entre los 0 a los 5, ya que en cada edad están expuestos a virus o bacterias en diferentes ámbitos.

En los más bebés, los cuidados se vuelven estrictos porque corren mayor riesgo de deshidratación debido a que los cuerpos pequeños son capaces de almacenar menos líquidos y de perderlos más rápidamente. Además, los niños tienen mayor superficie corporal de composición líquida en relación con su peso, que un adulto, lo que significa que el riesgo de deshidratación de ellos es mayor.

Como anteriormente se mencionó, es necesario hidratarlos más de lo normal para ir cubriendo las dosis de líquidos, nutrientes y sales que se ven perdiendo con las deposiciones. Los bebés de pocos meses que solo toman teta, deberán tomar más y en algunos casos, según lo que recomiende cada pediatra de confianza, podrán darles también agua. Todo dependerá de lo que el profesional considere en relación a su peso, edad y estado diarreico. Por eso antes de actuar hay que acudir sí o sí al médico y, mientras tanto, darle la mayor cantidad de teta posible que es con seguridad el alimento que no puede faltar hasta que el pediatra lo evalúe.