Ferita, es una marca de muñecos hechos por las manos de Gilda. Ella vivía en Buenos Aires y tenía una vida normal y un trabajo de oficina como cualquier otro, pero muy en el fondo sentía que no era feliz. Al conocer a su pareja actual sintió que algo cambió, y en menos de un año dejó su trabajo, la posición cómoda que tenía, armó un bolso y sin ninguna certeza, pero tampoco sin muchas preguntas, se mudó a Santa Fe. Una vez que logró acomodarse físicamente se encontró, y ahí broto la magia.
Ferita nace de una caja llena de telas y retazos de diferentes tamaños que ella había coleccionado a lo largo de los años: telas que amaba, que le regalaron o que compró en algún viaje. Una tarde visitando Buenos Aires la encontró, y esa misma tarde de 2012 cosió su primer muñeca sin saber cómo se hacía. Desde ese día hacer muñecos se convirtió en algo más que un pasatiempo.
A la hora de pensar un nombre no lo dudó: Ferita es el nombre que la lleva a lo más tierno y dulce de su infancia. Ella era una señora sencilla, alegre y divertida, de las que se reían de las cosas más simples y disfrutaban de vivir de y del cariño de sus nietos por sobre todas las demás cosas. Ferita fue su abuela.
Todas las tardes a la hora de la siesta, en su casa en el medio del campo en Santa Fe, se sienta a jugar con las telas y vuelve a ser una niña. A esta altura la caja de telas se transformó en una increíble colección de retazos alimentada por conocidos que le envían telas o por prendas antiguas que encuentra en almacenes de ramos generales olvidados. El proceso de creación de cada muñeco arranca desde ese cambalache de colores, texturas y estampados, del juego, acompañada del canto de los pájaros y la luz cambiante del día.
Resignificar ese pedazo de tela que aparenta no tener valor es también parte del juego y es imposible hacerlo sin sentir un cariño enorme por lo que hace, por las técnicas clásicas y, sobre todo, por los materiales. Le gusta cuidar cada detalle y saber que cada Ferita está armado con telas de excelente calidad, no sólo para que duren sino también para que al tacto esos muñecos sean cuanto menos adorables. El proceso completo de cada muñeco lleva mucho de su tiempo, no solo en el diseño sino en cada detalle: así es como estos queridos personajes terminan siendo geniales para decorar un lugar pero también para jugar todos los días. Son muñecos que resisten todo, se lavan, se secan y siguen lindos.
De la mano de Gilda ya se crearon más de un centenar de Ferita, algunos se fueron a vivir cerca, pero otros más audaces ya han cruzado océanos y aprendieron nuevos idiomas. Un dato a destacar es que se hacen modificaciones a los modelos que ya existen y también se realizan pedidos especiales: se conversa lo que se desea, se mandan fotos del borrador y se realiza el muñeco que se desee, y además ese muñeco puede llegar a cualquier parte del mundo porque Gilda construye ese puente y te lo envía.
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