En esta etapa tu bebé se está volviendo un experto en sentarse y seguramente pronto esté también gateando. Alentá este tipo de hazañas físicas festejando cada nuevo logro, es un gran estímulo para el pequeño.
La habilidad de transferir objetos de una mano a la otra y de agarrarlos con los dedos son parte del desarrollo de la capacidad de controlar las manos. Por eso es buena idea darle un objeto que pueda manipularlo con facilidad para que practique su recién adquirida habilidad.
A partir de los cuatro meses, tu bebé se volverá mucho más activo, y aprenderá a darse la vuelta cuando está echado en el suelo e incluso, a sentarse. Podrá sostener, manipular y llevarse objetos a la boca, y se pasará una buena parte de sus días haciendo esas cosas, lo cual significa que requerirá de una vigilancia extra de tu parte.
Seguramente cuando lleves a tu bebé a tu casa por primera vez, vas a estar asustadísima y vas a hacerte millones de preguntas, pero a medida que pase el tiempo, se van a ir calmando los miedos. Vas a darte cuenta que, al fin y al cabo, el bebé sobrevivirá a la inexperiencia.
En el día a día vas a saber cada vez más sobre él, aprenderás que no hay que esperar mucha interacción con un recién nacido pero que eso no significa que jugar con él no sea importante.
Tu bebé estará acostado la mayor parte del tiempo en su cuna, excepto cuando esté llorando. Entonces, ¿cómo podés relacionarte con él y pasarlo bien?
Es muy frecuente que los niños nos den trabajo a la hora de comer o, directamente, no quieran ingerir ningún alimento, y que a nosotras, como madres, este accionar nos genere angustia. Aquí te damos algunos consejos para sobrevivir a la difícil situación de tener que alimentar a un niño que no quiere comer.
