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Jue, Abr

Con sello de Mujer

Iujuuuu, Iupi, guau: vacaciones, viva, hurra pero: vacaciones ¿para quién?

 Cuando tenemos vacaciones en el trabajo después de semejante explosión de alegría, prontamente nos desilusionamos al no poder irnos a ningún lado, entonces retóricamente nos repreguntamos: vacaciones ¿para quién? Comprendemos entonces, lo que verdaderamente significarán las vacaciones en nuestra casa: un poco más de tiempo con nuestra mascota en la cama y nada más, ya que nuestros hijos van a exprimirnos a más no poder.  

 

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Pequeñas grandes cosas que nos cambian el humor

En el transcurso del día, nos suelen ocurrir pequeñas grandes cosas que nos hacen cambiar de humor.

Podemos comenzar la mañana con el pie izquierdo porque el reloj se paró y no sonó el despertador, por lo tanto tenemos que levantarnos a los saltos y meternos en la ducha, allí nos damos cuenta que el agua sale fría porque el calefón no funcionó bien durante la noche, nos bañamos como podemos y salimos corriendo para no llegar tan tarde al trabajo. Para rematar, perdemos el colectivo y el siguiente demora en llegar.

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¿Gatafloras o madres?

 ¿Quién las entiende, gatas floras?, es el estribillo de más de un hombre.  La variante radica en que unos los vociferan y otros lo piensan.  Y alguna porción de razón tienen, mal que nos pese reconocerlo. 

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Aventuras y desventuras de mi amiga perdida en un sex shop

 No hay nada más divertido que la charla entre mujeres, siempre encontramos motivos para reirnos de nosotras mismas. Lo mejor es FACE to FACE y tete a tete, pero si no, con los teléfonos y el msn, alcanza. Y las amigas solemos llamarnos, desde lugares insólitos.  Pero el premio se lo llevó mi curiosa amiga menor que me llamó desde un sex shop. 

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Las cosas que una mujer descubre cuando se va a vivir sola

 Solterita, con o sin apuro. Separada, divorciada o viuda involuntaria, llega un momento en que una mujer se va a vivir sola o, en su defecto, se queda a solas, y es entonces cuando comprende algunas coordenadas.

Una dice lo más campante: ¡al fin sola!, ¡al fin libre! Pero el disfrute, de dicha situación, es un tanto efímero. Basta alzar la vista al cielorraso descascarado, para que en ese instante se produzca un insight importante en la vida de una.

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