Sabemos que la adolescencia es una etapa en la que el ímpetu se encuentra a flor de piel. Es que los jóvenes necesitan mucha energía para desandar los caminos de niños y comenzar a constituirse dispuestos para poder, en un futuro inmediato, afrontar la gran sociedad que los espera.
El enamoramiento, la pasión y el deseo, también toman un lugar significativo. Las primeras relaciones amorosas pueden, o no, traer las primeras experiencias de una intimidad sexual compartida con la pareja. Parte de estas “nuevas situaciones”, siendo intensas, deberán entender y afrontar.
Por lo general, los primeros noviazgos aparecen en estas edades y los jóvenes irán probando distintas maneras para relacionarse. Sin embargo, la personalidad de cada uno y su historia familiar y social, serán sin duda aspectos de gran incidencia al momento de actuar con los otros.