Es frecuente que con el pasar de los años en pareja y con la convivencia, la familia y el trabajo, las personas involucradas digan “ya no es lo mismo”, “es que hace mucho que estamos juntos”, “nos conocemos demasiado, siempre es igual” “ya no tengo las mismas ganas que cuando éramos novios”, y frases similares referidas a la pasión en la pareja. Pero, a pesar de ello, desean volver a encontrarse y a apasionarse en una noche romántica o de desenfreno sexual.

 ¿La alegría y la tristeza juegan algún rol sobre el deseo sexual? ¿Sucede lo mismo en hombres que en mujeres, o hay diferencias en su comportamiento con respecto a su deseo sexual y a su sexualidad en general?

Muchas personas sufren de fobias, éstas son muy variadas y algunas hasta impensadas. En la sexualidad este tipo de problemáticas no son ajenas, porque entre los padecimientos las fobias sexuales están a la orden del día.

Existe un gran porcentaje de mujeres que sólo consiguen tener orgasmos mediante estimulación directa sobre el clítoris, ya sea a través del sexo oral, cuando la pareja la acaricia o cuando se masturba. Tienen gran deseo de conseguir tener un orgasmo mientras las penetran, pero mientras eso sucede comienzan a intentar concentrarse en lograrlo y se tensan, por lo tanto, lejos de conseguirlo, disminuyen la excitación y el placer y comienza a predominar la frustración.