Se dice de mí,
Se dice que soy fiera,
que camino a lo malevo,
que soy chueca y que me muevo
con un aire compadrón,
que parezco Leguisamo,
mi nariz es puntiaguda,
la figura no me ayuda
y mi boca es un buzón.
Si charlo con Luis, con Pedro o con Juan,
hablando de mí los hombres están.
Critican si ya, la línea perdí,
se fijan si voy, si vengo o si fui.
Se dicen muchas cosas,
más si el bulto no interesa,
porque pierden la cabeza
ocupándose de mí.
Yo se que muchos que desprecian compartir
suspiran y se mueren cuando piensan en mi amor.
Y más de uno se derrite si suspiro
y se quedan si los miro resoplando como un ford.
Si fea soy,
pongámosle,
que de eso aún no me enteré,
en el amor, yo solo sé
que a más de un gil, dejé de a pie.
Podrán decir, podrán hablar,
y murmurar, y rebuznar,
más la fealdad que Dios me dio,
mucha mujer me la envidió
y no dirán que me engrupí
porque modesta siempre fui.
Yo soy así
Y ocultan de mí,
ocultan que yo tengo,
unos ojos soñadores,
además otros primores
que producen sensación.
Si soy fiera se que, en cambio,
tengo un cutis de muñeca,
los que dicen que soy chueca,
no me han visto en camisón.
Los hombres de mí critican la voz,
el modo de andar, la pinta, la tos.
Critican si ya la línea perdí,
se fijan si voy, si vengo, o si fui.
Se dicen muchas cosas,
más si el bulto no interesa,
porque pierden la cabeza
ocupandose de mí.
Yo se que hay muchos me desprecian compañía,
y suspiran y se mueren cuando piensan en mi amor.
Y más de uno se derrite si suspiro
y se quedan si los miro resoplando como un ford.
Si fea soy, pongámosle,
que de eso aún no me enteré
en el amor, yo sólo se,
que a más de un gil, deje de a pie.
Podrán decir, podrán hablar,
y murmurar, y rebuznar,
más la fealdad que Dios me dio,
mucha mujer me la envidió.
Y no dirán que me engrupí
porque modesta siempre fui.
Yo soy así.
Poema
Para ti, mujer trabajadora
Para ti mujer, va hoy esta flor y mi canción
Para ti, dulce, tenaz y sacrificada luchadora
Para ti, todo mi respeto y toda mi admiración
Los diarios nos mencionan a mujeres famosas
Nombres grabados a fuego y oro en la historia
Cantan loas a sus logros, a sus grandes cosas
Nos hablan de sus virtudes y de sus memorias
Pero yo quiero cantarte a ti, silenciosa luchadora
Que te levantas la primera, al atisbar los rayos del sol
Mujer de mil nombres, de mil caras, de mil horas
Compañera en la lucha y con tiempo aun para el amor
A ti, que día tras día vas al hospital, a la oficina
Al campo, a la fábrica, a la calle, al mundo a remar
A ti, que aunque llegas a casa extenuada, rendida
Todavía guardas una sonrisa y reservas para amar
Me viene este canto de lo más profundo de la vida
Acumulado estaba el homenaje a tan maravilloso ser
Muchos versos había escrito, pero a ti te lo debía
Madre, hermana, esposa, hija, compañera... mujer.
Hasta donde Dios nos quiera llevar
Me pude defender y bajé la guardia.
Alguien me llamó, de pronto se apagó la luz,
y en esa oscuridad me devoró la fe.
Juro no voy a esperar a caer otra vez,
el alma me lo pide.
Hoy decidí ser mejor para mí y para vos.
El mundo me llama.
Porque hoy puedo sentir que he empezado a vivir
con la inocencia que hay dentro de mí.
Amo esta libertad,
puedo ver un camino que me invita a seguir.
Voy a gritar “¡tengo una ilusión!”
Nada en el mundo me puede parar.
Seguiré hasta donde Dios me quiera llevar.
Si la soledad te pone contra la pared
es hora de escapar sin decir nada.
Cuesta caminar cuando te duele el corazón.
El viento soplará, se llevará el dolor.
Hay tanto más por hacer, no hay tiempo que perder,
no cruzaré los brazos.
Hoy decidí ser mejor para mí y para vos.
El mundo me llama.
Porque hoy puedo sentir que he empezado a vivir
con la inocencia que hay dentro de mí.
Amo esta libertad,
puedo ver un camino que me invita a seguir.
Voy a gritar “¡tengo una ilusión!”
Nada en el mundo me puede parar.
Seguiré hasta donde Dios me quiera llevar.
Hoy puedo sentir que he empezado a vivir
con la inocencia que hay dentro de mí.
Amo esta libertad,
puedo ver un camino que me invita a seguir.
Voy a gritar “¡tengo una ilusión!”
Nada en el mundo me puede parar.
Seguiré hasta donde Dios me quiera llevar.
Hasta donde Dios me quiera llevar.
Alfonsina y el mar
Por la blanda arena que lame el mar
Su pequeña huella no vuelve más,
Un sendero solo de pena y silencio llegó
Hasta el agua profunda,
Un sendero solo de penas mudas llegó
Hasta la espuma.
Sabe Dios qué angustia te acompañó
Qué dolores viejos calló tu voz
Para recostarte arrullada en el canto
De las caracolas marinas
La canción que canta en el fondo oscuro del mar
La caracola.
Te vas Alfonsina con tu soledad
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la está llevando
Y te vas hacia allá como en sueños,
Dormida, Alfonsina, vestida de mar.
Cinco sirenitas te llevarán
Por caminos de algas y de coral
Y fosforescentes caballos marinos harán
Una ronda a tu lado
Y los habitantes del agua van a jugar
Pronto a tu lado.
Bájame la lámpara un poco más
Déjame que duerma nodriza en paz
Y si llama él no le digas que estoy
Dile que Alfonsina no vuelve.
Y si llama él no le digas nunca que estoy,
Dí que me he ido.
Te vas Alfonsina con tu soledad
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la está llevando
Y te vas hacia allá como en sueños,
Dormida, Alfonsina, vestida de mar.
Todos me miran
y mis lágrimas cayeron a tus pies
me miraba en el espejo y no me hallaba
yo era sólo lo que tú querías ver.
Y me solté el cabello, me vestí de reina
me puse tacones, me pinté y era bella
y caminé hacia la puerta, te escuché gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme
y miré la noche y ya no era oscura, era de lentejuelas.
Y todos me miran, me miran, me miran
porque sé que soy linda, porque todos me admiran
Y todos me miran, me miran, me miran
porque hago lo que pocos se atreverán.
Y todos me miran, me miran, me miran
algunos con envidia pero al final, pero al final
pero al final, todos me amarán.
Tú me hiciste sentir que no valía
y mis lágrimas cayeron a tus pies
me miraba en el espejo y no me hallaba
yo era sólo lo que tú querías ver.
Y me solté el cabello, me vestí de reina
me puse tacones, me pinté y era bella
y caminé hacia la puerta, te escuché gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme
y miré la noche y ya no era oscura, era de lentejuelas.
Y todos me miran, me miran, me miran
porque sé que soy linda, porque todos me admiran.
Y todos me miran, me miran, me miran
porque hago lo que pocos se atreverán.
Y todos me miran, me miran, me miran
algunos con envidia pero al final, pero al final
pero al final, todos me amarán.
Y me solté el cabello, me vestí de reina
me puse tacones, me pinté y era bella
y caminé hacia la puerta, te escuché gritarme
pero tus cadenas ya no pueden pararme
y miré la noche y ya no era oscura, era de lentejuelas.