Si sabemos que quienes han realizado profundos cambios en su estilo de vivir, dan cuenta de expectativas de vida cinco o seis años mayor que la nuestra, ¿por qué cuesta tanto adoptarlos y, sobre todo, sostenerlos?
La pregunta tiene dos respuestas. La primera radica en la falta de información sobre los aspectos que hacen a la prevención y la segunda tiene que ver con el manejo de la frustración ante cualquier proceso de cambio.