La tecnología trajo muchos cambios en la vida cotidiana, algunos positivos pero otros pueden generar consecuencias en la salud. Los teléfonos inteligentes se han convertido en una extensión del cuerpo humano y tanto se depende de ellos que surgió una nueva enfermedad: la nomofobia. Este trastorno, definido como el miedo irracional a estar sin un teléfono móvil o sin conexión a internet, se estima, de acuerdo con un estudio realizado por el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), que afecta al 60% de la población mundial, lo que la convierte en una de las principales preocupaciones de salud mental de esta era. 

 En la actualidad, 1 de cada 7 jóvenes de entre 10 y 19 años padece algún trastorno mental a nivel mundial, según cifras de UNICEF. En una etapa de la vida marcada por los cambios y las crisis evolutivas, existen además factores coyunturales (la pandemia de COVID-19, el ejemplo más reciente) y cambios crecientes en los hábitos diarios que tienen un gran impacto en las personas más jóvenes.

 El Dr. Miguel Carlos Sangiovanni, Magister en Mecánica Vascular e Hipertensión Arterial, de DIM CENTROS DE SALUD explica cómo la felicidad repercute en nuestro bienestar, tanto en lo físico como en el plano de la salud mental.

 En el intrincado panorama de la psicología y la salud mental, el Síndrome del Impostor se presenta como un fenómeno que, aunque no se cataloga oficialmente como un trastorno, ha sido objeto de investigaciones científicas que buscan arrojar luz sobre sus complejidades y consecuencias.