Bethany Hamilton: la joven surfista que conmueve al mundo

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 Bethany Hamilton es una joven surfista amante de las olas desde muy pequeña. A los 13 años fue atacada por un tiburón y perdió su brazo izquierdo. Gracias a su fuerza,  ganas de salir adelante y a su fe en Dios, se recuperó  rápidamente para poder volver a surfear. Participó en varios campeonatos logrando los primeros puestos. Las marcas importantes la querían de modelo y los medios de los diferentes países la convocaron para entrevistas. Asistió en Tailandia a las víctimas del tsunami y creó una fundación para ayudar a quienes pasaron por su situación. Ejemplo a seguir, hoy sigue dando conferencias donde cuenta su experiencia para transmitir que si uno se lo propone, en la vida, no hay límites.

Bethany Meilani Hamilton, nació el 8 de febrero de 1990 en Hawai, Estados Unidos. Como sus padres eran surfistas natos, desde los 4 años enseñaron a su hija ese deporte. Fue una excelente aprendiz y a los 8 años compitió en un torneo con niñas de su edad, donde ganó las divisiones de tabla corta y larga. Sus dos hermanos mayores la apoyaron desde un comienzo en su carrera.

Las olas eran el amor de su vida, vivía surfeando con sus amigos y su familia. Por ser tan buen deportista y por ganar varios campeonatos de su categoría, reconocidas marcas la sponsoreaban.

Su vida de adolescente transcurría normal, divirtiéndose, estudiando y, obviamente, practicando y entrenando a diario su deporte preferido. Pero la mañana del 31 de octubre del 2003, fue, como siempre, a surfear con su mejor amiga, Alana Blanchard, otra surfista profesional, y el padre y el hermano de ésta. Bethany estaba acostada en su tabla y sin percibirlo se le acercó un tiburón tigre que le arrancó su brazo izquierdo por debajo del hombre. La niña, se mantuvo tranquila y gracias a su accionar y el de quienes la acompañaban, fue trasladada rápidamente al hospital para ser asistida de inmediato. Así y todo perdió más del 60% de la sangre pero, tras varias operaciones, salió del riesgo de muerte.  

Su ferviente fe en Dios y su perseverancia la llevaron a recuperarse prontamente. Apoyándose en sus seres queridos, una vez que le quitaron los puntos tomó su tabla y se dirigió al mar nuevamente. Le costó, pero las reiteradas caídas no fueron un impedimento para ella. El padre tenía una tabla especial donde pudiera sujetarse mejor y la entrenó nuevamente.

Una vez que pudo hacerle frente a las olas y sentirse segura, participó en concursos donde obtuvo los primeros puestos y ganó el primer título nacional. Por su discapacidad en determinadas oportunidades quisieron darle ventaja pero Bethany la rechazó. Nunca se puso en lugar de víctima.

En 2004 la surfista dio a conocer su historia escribiendo el libro Soul Surfer.

Al año siguiente, decidió ir con un grupo de amigos a Tailandia, para asistir a las víctimas del Tsunami, allí acompañó a los niños que habían perdido a su familia y les hizo recuperar la sonrisa y perder el miedo al agua.

Se sintió útil, feliz, se dio cuenta más fehacientemente que perder el brazo no era un impedimento para continuar con su vida y hacer lo que le gustaba. Pudo convertirse en una profesional del surf y, gracias a los premios obtenidos, continuó siendo la modelo de marcas importantes, como Rip Curl.

Bethany daba conferencias en iglesias evangélicas, y a soldados heridos por las guerras. Esta mujercita se convirtió en un ejemplo de vida e inspiración de muchas personas que dudan seguir adelante. Es sinónimo de constancia, de ahínco, de progreso y de fe.

Por esa razón la buscaron de diferentes medios de televisión de distintos países, para que su historia sea contada por la propia protagonista. A medida que su mensaje llegaba a nuevas personas, ganaba cada vez más seguidores y Bethany estaba feliz de poderles transmitir su lucha y de amor por la vida. Sentía que ese era uno de sus objetivos, el hacer algo por los demás.

El director Sean McNamara se contactó con ella para llevar su autobiografía al cine. El film Soul Surfer se estrenó el año pasado, tuvo gran éxito y buenas críticas.

A lo largo de su vida ha recibido múltiples premios y honores y, aunque ella no lo acepte, es considerada una heroína en su país.A su vez, creó la fundación Bethany´s friends, que se encarga de asistir a personas que sufrieron su mismo accidente o tuvieron amputaciones. Además promueve la inserción social de personas con discapacidad.  

Ha comentado públicamente que no cambiaría el día del accidente porque ha podido abrazar a más gente con un sólo brazo que antes con dos, y que gracias a ello muestra que en la vida no hay límites si se tienen los deseos de lograr las metas que uno se propone. 

Increíble la fuerza de esta pequeña mujer que nos ha enseñado que nada es imposible. La decisión está dentro nuestro.