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Dom, Abr

Sorprendelo con creatividad

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 Es frecuente que con el pasar de los años en pareja y con la convivencia, la familia y el trabajo, las personas involucradas digan “ya no es lo mismo”, “es que hace mucho que estamos juntos”, “nos conocemos demasiado, siempre es igual” “ya no tengo las mismas ganas que cuando éramos novios”, y frases similares referidas a la pasión en la pareja. Pero, a pesar de ello, desean volver a encontrarse y a apasionarse en una noche romántica o de desenfreno sexual.

Si te sentís identificada y querés un cambio en tu vida sexual el factor sorpresa es fundamental.


Al momento de querer innovar, tanto la mujer como el hombre piensan en hacerlo como una sorpresa, y a partir de que el otro quede sorprendido generar nuevas conductas, y otra forma de encontrarse y que renazca la pasión.

 

Buen comienzo cuando queremos lograr un resultado distinto. Tomar una acción diferente es fundamental y un gran punto de partida. Pero, ¿qué puede ocurrir en el otro?

Aquí abrimos el abanico de posibilidades, lo que se espera es que se sienta muy complacido y/o seducido y pasen una noche a pura acción y terminen agotados y llenos de amor. Otra opción que puede pasar es que vos estés vestida de gatúbela, o que quieras atarle las manos y vendarle los ojos, y cuando él regresa del trabajo, agotado, no tenga ganas de entrar en tu juego.

Motivos valederos como para dejar la posibilidad abierta a que nuestra pareja no se sienta tan cómodo con esta propuesta diferente porque está acostumbrado a conocer todos los pasos tuyos, y esta salida que no conoce, en lugar de relajar, tensiona.

Cuando compartimos nuestra vida sexual con una misma persona a lo largo del tiempo, creamos intimidad y contexto, conocemos las caricias, la sonrisa, la mirada del otro al momento que desea iniciar una relación sexual. Y, comenzamos a mecanizarlo y continuamos de una forma más o menos parecida o exactamente parecida cada vez, ya que es la fórmula que no falla.

Probablemente en esta práctica se pierda el interés por continuar explorando y se olvide la necesidad de elegirse todos los días. Pues bien, la sorpresa es válida y es una gran herramienta, pero tengamos en cuenta que necesitamos conversar con nuestra pareja, adelantarle algo, como por ejemplo: “tal día o esta noche, nos encontramos en tal lado, preparate que vamos hacer algo especial”.
Avisar sin contar todo el detalle y dejar lugar para la imaginación ayuda a que ambos estén bien predispuestos y que el encuentro resulte mayormente exitoso.

El plan está pensado tanto en satisfacer tus deseos y fantasías pero también las del otro, por ello hay que organizar un encuentro como le gustaría a ambos, para que no resulte en la insatisfacción total. Pensar en lo que a nuestro amado le gusta, disfruta, sueña y fantasea al elegir qué vamos a hacer.

Cuando se tienen muchas expectativas y se imaginó cada detalle como si nuestro agasajado fuera un objeto, sucede que cuando toma vida y hace algo fuera del plan puede terminar por frustrar al anfitrión.  

Encontrarse, comunicarse y dejar surgir sin forzar, es premisa de éxito.