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Dom, Abr

De emociones y sexualidad

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 ¿La alegría y la tristeza juegan algún rol sobre el deseo sexual? ¿Sucede lo mismo en hombres que en mujeres, o hay diferencias en su comportamiento con respecto a su deseo sexual y a su sexualidad en general?

Elegí estas dos emociones opuestas para establecer los extremos como referencia, y cuando me refiero a la tristeza no estoy hablando de depresión, simplemente me refiero a esos momentos en que podemos experimentar estados de disgusto, de angustia, en forma aguda y no crónica. Y cuando me refiero a la alegría, la distingo de los estados de euforia, simplemente un estado positivo, de disfrute con la vida y con los seres que habitan la tierra.

Como somos seres humanos, siempre existe la excepción a la regla, no todos lo vivimos de la misma forma, pero existe una generalidad.

Comenzaré hablando sobre los hombres. Ellos separan sus emociones de la actividad sexual y de su deseo, mucho más frecuente que las mujeres, más allá de su estado anímico y de la relación con la pareja. Si sienten atracción sexual, su deseo no se ve afectado por las emociones.

Un estado de alegría, de amor o enamoramiento ejerce un aumento en su deseo y en su búsqueda de actividad sexual. Mientras que las discusiones y disgustos, como generadores de stress, producen un descenso. Lo característico aquí es que ellos aceptan o proponen si se sienten excitados, mas allá de sus emociones, hacia la otra persona.

¿Qué sucede entre las mujeres? Como característica general las mujeres unimos el afecto y el estado anímico al deseo sexual, el estado de alegría y de enamoramiento es un estado excelente para tener un vívido deseo sexual, mientras que todo aquello que nos disguste y nos ponga tristes, llega a matar el mismo deseo hacia esa persona y cualquier otra.

En el caso de las mujeres, el amor y el sexo van mucho más de la mano, y casi es condición de uno para el otro.

Aunque por estos tiempos, está sucediendo que muchas mujeres se sienten libres de manifestarse como deseantes y disfrutan de su sexualidad; pueden tener relaciones sexuales sin sentir amor hacia el otro, actuando de manera similar a como lo haría el hombre.

No obstante, la mujer busca en el encuentro sexual una devolución, sea por puro placer, o bien, una oportunidad para ser tocada, mimada, considerada y halagada. Mientras que para el hombre, el sexo es la satisfacción de esa gran tensión producida por la excitación.

Mas allá de todas las divisiones y diferencias, las emociones afectan al deseo sexual creando diferentes abanicos de colores, desde la completa indiferencia hasta el deseo más intenso en todos sus matices.