La inteligencia artificial llegó para quedarse y, gracias a sus permanentes avances, es de mucha utilidad en diferentes ámbitos, tal es así que, en la reproducción asistida comenzó a transformar diferentes tratamientos haciéndolos más efectivos.
Gastón Rey Valzacchi, director médico de Procrearte, destaca que la IA no solo podría aumentar las tasas de éxito de los tratamientos, sino también reducir costos y personalizar terapias para responder a las necesidades individuales de los pacientes.
La tecnología permite analizar grandes volúmenes de datos clínicos y hormonales, optimizando decisiones en el manejo de la infertilidad. La IA muestra un gran potencial para individualizar tratamientos, ajustando dosis y monitoreando ciclos de fertilidad con una precisión que reduce la dependencia de la experiencia subjetiva de los especialistas.
Algunas aplicaciones actuales de la IA en la reproducción asistida:
-Estimulación ovárica: determinación del esquema de estimulación más adecuado según las características de cada paciente.
-Momento de aplicación de HCG: indicaciones precisas para la inyección de la hormona, crucial en la maduración final de los óvulos.
-Monitoreo de la ovulación: utilización de equipos de ecografía que, en conjunto con algoritmos, realizan mediciones exactas de los folículos.
-Selección de ovocitos y embriones: automatización en la clasificación de gametos y embriones, reduciendo la variabilidad entre operadores y mejorando la calidad diagnóstica.
Además, esta tecnología se utiliza para desarrollar modelos predictivos que ayuden a anticipar los resultados de los tratamientos, incluyendo la identificación de marcadores no invasivos para la selección de embriones.
Sin embargo, Gastón Rey Valzacchi subraya que, a pesar de los avances, existen desafíos importantes, como las limitaciones relacionadas con la calidad y cantidad de datos y la ausencia de ensayos clínicos a gran escala que validen los algoritmos.
Otro aspecto crítico es la privacidad y seguridad de los datos genéticos y médicos de los pacientes, lo que obliga a garantizar la confidencialidad mediante el cumplimiento de normativas internacionales como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR).
En Procrearte, la implementación de la IA ya se refleja en la evaluación de la calidad de los ovocitos en dos escenarios:
–Ovocitos vitrificados: la tecnología permite valorar la calidad de los ovocitos destinados a la vitrificación, ofreciendo a las pacientes una proyección realista sobre su potencial desarrollo embrionario.
–Ovocitos frescos: se analizan ovocitos que se fertilizarán en fresco, evaluando su capacidad para alcanzar la etapa de blastocisto de manera más precisa.
La incorporación de la inteligencia artificial en la reproducción asistida promete marcar el inicio de una nueva era en el tratamiento de la infertilidad. Aunque los desafíos persisten, la combinación de avances tecnológicos y un enfoque ético podría democratizar el acceso a terapias efectivas.