La incontinencia urinaria es muy común y afecta en su mayoría a mujeres, sin distinción de edad ya que sucede debido al estado o competencia del suelo pélvico y de la posición de los órganos internos que tiene cada persona.
Si bien el embarazo, el parto y la perimenopausia/menopausia son las principales razones del aumento de la prevalencia de incontinencia en mujeres en comparación con los hombres, no son los únicos factores que la provocan. Muchas veces el tipo de actividad física aumenta la presión intraabdominal e incrementa en exceso el tono muscular de la faja abdominal.
Es una condición que puede revertirse en la mayoría de los casos si se trata adecuadamente. Hay opciones más allá de los medicamentos o la cirugía, que devuelven el control sobre el cuerpo y que, además, ayudan a prevenir o revertir otras patologías, como hernias y prolapsos.
Nuestra musculatura abdomino-perineal cumple funciones de compresión, sostén y estabilización. Su función principal es la de sostener los órganos internos y comprimirlos ante un esfuerzo que aumenta la presión intraabdominal.
Esta presión cumple varias funciones importantes en el cuerpo, como estabilizar la columna vertebral y proporcionar soporte para ciertas actividades físicas. Es un mecanismo natural de protección.
Cuando aumenta la presión intraabdominal ante un esfuerzo como al estornudar, toser, reír, gritar y levantar peso, en condiciones normales, la musculatura abdominal, lumbar y pélvica se contrae al mismo tiempo (coactivación) para darle estabilidad a la columna vertebral y prevenir lesiones.
Pero cuando se resiente la gestión natural de esa presión intraabdominal, la musculatura ya no se coactiva como debiera, y es allí cuando pueden aparecer las disfunciones del suelo pélvico, entre ellas la incontinencia urinaria por esfuerzo. Éste es el síntoma que normalmente tiende a mostrar algún grado de caída de la vejiga sobre la vagina, y asimismo una falta de tono base (resistencia) de la musculatura abdomino-perineal.
Tono base, sinergia y reposicionamiento: el conocimiento es poder
Todas las mujeres deberían saber si la musculatura abdomino-perineal es competente (si tiene tono base y se coactiva) para poder prevenir o revertir disfunciones del suelo pélvico
Si nuestra musculatura abdominal y pélvica no tiene tono de base el cuerpo no reacciona de la misma manera y se vuelve difícil gestionar la presión intra abdominal. Y es justamente allí, donde podemos provocar o agravar aún más disfunciones de nuestro suelo pélvico, tales como prolapsos (descensos de cualquiera de nuestros órganos internos viscerales) o incontinencias urinarias y/o fecales por esfuerzo.
¿Cómo valorar la competencia abdomino-perineal de forma sencilla?
El primer paso para saber si tu musculatura abdomino-perineal actúa como faja (dando sostén y contención a tus órganos internos) frente a un aumento de presión en la cavidad abdominal es evaluar cómo reacciona frente a un esfuerzo.
Te invito a comprobarlo de la siguiente manera:
1. Sentate en una silla
2. Colocá una mano por debajo del ombligo y la otra en tu suelo pélvico
3. Tosé fuerte y observa qué sucede con tu abdomen y con tu suelo pélvico.
Si al estornudar, tu ombligo va hacia adentro y tu suelo pélvico sube, significa que tu musculatura se coactiva y que tu faja responde de forma deseable. Si tu ombligo va hacia afuera y tu suelo pélvico también, podrías estar ante un indicador de incompetencia de la función de sostén natural.
Podés realizar un entrenamiento inteligente en el que se aprenden distintas técnicas de avanzada y prácticas ancestrales de la Medicina Tradicional China para revitalizar cuerpo, rostro y mente. Una de esas prácticas es Low Pressure Fitness, técnica con base científica que permite recuperar en poco tiempo la competencia abdomino-perineal a través de un entrenamiento postural y respiratorio, inspirado en la técnica hipopresiva, que combina el stretching miofascial, la reeducación postural, respiratoria y la movilización dinámica neural.