En la actualidad, los hábitos alimentarios juegan un papel fundamental en la capacidad reproductiva tanto masculina como femenina. Brindar las herramientas terapéuticas con una mirada integral, tanto a nivel nutricional, clínico y emocional, contemplando las bases fisiológicas y fisiopatológicas en el abordaje de la fertilidad y regulación hormonal, es uno de los ejes del área de Bienestar.
"La cantidad y calidad nutricional de los alimentos que elegimos, tiene una relación muy estrecha con la fertilidad. Tanto en hombres como en mujeres, la nutrición juega un papel muy importante", introduce Fedra Defendente, nutricionista líder del Área de Nutrición de Procrearte, una institución con más de 20 años de experiencia en medicina reproductiva en Argentina y que alberga la red de medicina reproductiva más grande de Latinoamérica.
"La nutrición no solamente influye en la capacidad reproductiva sino que además, afecta la implantación del embrión, desarrollo del feto e incluso la salud del futuro bebé. Si solo tratamos los síntomas de infertilidad (desequilibrio hormonal, amenorrea, sobrepeso u obesidad, bajo peso, síndrome ovárico poliquístico, endometriosis, etc.) no es suficiente y estamos llegando tarde. Detectar qué provoca estos síntomas y cambiar el PATRÓN DE ALIMENTACIÓN ACTUAL es fundamental para reducir o eliminar dichos síntomas, aumentando así las probabilidades de concepción", profundiza.
Según Defendente, un patrón de alimentación proinflamatorio (desequilibrado en energía y de baja calidad nutricional); sumado a un estilo de vida sedentario, la presencia de estrés sostenido en el tiempo y el consumo de sustancias tóxicas (por ejemplo, el consumo excesivo de alcohol) influyen negativamente en la fertilidad. Lo que puede traducirse en reducir reservas de sustancias nutritivas necesarias para que los sistemas reproductivos funcionen correctamente.
En cambio, hay otros alimentos que pueden favorecer la fertilidad. En ese sentido, la especialista menciona: "En relación con la alimentación, se destaca la ingesta de hidratos de carbono complejos, fibra, grasas monoinsaturadas y ácidos grasos omega-3 que podrían tener un efecto beneficioso. Asimismo, es indispensable tener un aporte adecuado de ácido fólico, B12, vitaminas A, D, C y E, calcio, hierro, zinc, selenio y yodo para evitar problemas en la fertilidad. Estos cambios son necesarios para que la fertilidad sea regulada con eficacia y así brindar aquellas vitaminas y minerales a órganos esenciales para la reproducción; como la hipófisis, la glándula tiroidea, los ovarios o los testículos."
En Procrearte "nos basamos en las investigaciones más recientes sobre nutrición y utilizamos un enfoque Psico Neuro Inmuno Endocrinología (PNIE), como una disciplina médica integrativa", advierte Fedra y explica: "La PNIE Clínica es una nueva disciplina médica traslacional que vuelve a centrar la atención en las personas. Examina al paciente desde una perspectiva más humanista y busca el origen de la enfermedad. Este enfoque otorga al paciente un papel protagonista en su bienestar y fomenta un estilo de vida saludable (alimentación saludable, reducir inflamación, realizar ejercicio regular y la gestión de emociones)", detalla.
“Los cambios en los hábitos y en el estilo de vida, tanto en entornos urbanos como rurales, han generado un impacto negativo notable en la capacidad reproductiva. La nutrición juega un papel fundamental en este proceso", amplía Defendente.
Defendente explica: "Lo que, en fertilidad asistida, se busca desde el enfoque nutricional es una integración más profunda que priorice tanto la salud reproductiva, enfocándose en la hipófisis como el eje clave para la calidad de los gametos, así como en la reducción de la inflamación presente en ciertas afecciones pélvicas o digestivas que pueden impactar la fertilidad. También nos centramos en la gestión del estrés y en aspectos emocionales relacionados con la fertilidad".
La nutricionista subraya, además, que uno de los factores que inciden en la fertilidad es el peso, especialmente la composición corporal. Ya sea por sobrepeso u obesidad, o por bajo peso. En ambos casos, es clave corregirlo. "El sobrepeso y la obesidad suelen estar asociados con otras comorbilidades como la resistencia a la insulina o la diabetes tipo 2, lo cual puede afectar la implantación del embrión, incluso en casos de Fertilización in vitro (FIV)".
La especialista amplía: "La asociación entre el exceso de tejido adiposo y la infertilidad se explica, por una parte, por el aumento de las concentraciones de leptina, lo que origina alteraciones en el eje hipotálamo-hipófisis (ovario/testículo) y que, en consecuencia, produce un aumento de las concentraciones de testosterona y la disminución de la progesterona en las mujeres y la disminución de la testosterona y un aumento de los estrógenos en el hombre. Por otra parte, el exceso de grasa corporal favorece la resistencia a la insulina, lo que contribuye a aumentar la síntesis y la liberación de andrógenos ováricos en la mujer y una disminución de la globulina transportadora de hormonas sexuales, lo que tiene un impacto negativo en la ovulación y en la calidad de los espermatozoides. La probabilidad de lograr un embarazo en un tratamiento de reproducción asistida es menor a medida que el índice de masa corporal (IMC) es mayor."
Se realiza una asesoría personalizada, evaluando sus necesidades nutricionales y considerando posibles suplementos, además de realizar análisis complementarios para una evaluación más integral. Se busca mejorar tanto la alimentación como el estilo de vida, que abarca la actividad física, la hidratación y la gestión emocional, con el fin de aumentar la efectividad del tratamiento de fertilidad.