Una de cada ocho personas en el mundo padece un trastorno mental. Los mismos se acompañan de alteraciones considerables del pensamiento, la regulación de las emociones o el comportamiento. Si bien existen opciones eficaces de prevención y tratamiento, la mayoría de las personas carecen de acceso a una atención eficaz.
Tipos de enfermedades mentales
Las enfermedades mentales son muy variadas y muchas veces no son diagnosticadas a tiempo. Los trastornos mentales más frecuente son:
-Trastornos de ansiedad: se caracterizan por el miedo y la preocupación excesiva así como las alteraciones del comportamiento que estos miedos conllevan. Existen varios tipos diferentes: trastorno de ansiedad generalizada, de pánico, de ansiedad social y de ansiedad de separación.
-Depresión: Es un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) o una pérdida del disfrute o del interés en actividades, la mayor parte del día, casi todos los días, durante al menos dos semanas. Concurren varios otros síntomas como dificultad de concentración, sentimiento de culpa excesiva o de autoestima baja, falta de esperanza en el futuro, entre otros.
-Trastorno bipolar: Las personas afectadas experimentan episodios depresivos alternados con períodos de síntomas maníacos (euforia, irritabilidad, verborragia, insomnio, pensamientos acelerados, mayor autoestima, etc.)
-Trastorno de estrés postraumático: Puede desarrollarse después de la exposición a un suceso extremadamente amenazante u horrible, los pacientes vuelven siempre al hecho traumático, lo reviven y se sienten amenazados.
-Esquizofrenia y personalidad paranoide: La esquizofrenia se caracteriza por una importante deficiencia en la percepción y por cambios de comportamiento. Los síntomas pueden incluir persistencia de ideas delirantes, alucinaciones, pensamiento y comportamiento muy desorganizado o agitación extrema.
-Trastorno del comportamiento alimentario: Los trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia nerviosas, se caracterizan por alteraciones en la alimentación y preocupación por los alimentos, así como por problemas notables de peso corporal y forma.
-TOC: El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es una enfermedad mental en la que los afectados tienen una serie de obsesiones irracionales que les hacen llevar a cabo comportamientos compulsivos y repetitivos. Pese a que su gravedad varía, este trastorno puede llegar a afectar a la vida diaria, pues genera mucha angustia a la persona.
-Fobias: miedo irracional cuando se encuentran frente al estímulo fóbico, ya sea un objeto, un animal o una situación, y esto suele acabar en un comportamiento de evitación.
Los ataques de pánico se diagnostican más que antes porque hay mucha información circulando y las personas afectadas, de la mano de profesionales de la salud mental, pueden identificar más rápido su problema y recibir el tratamiento adecuado. Es un trastorno de ansiedad, generado por sensaciones repentinas de terror sin un peligro aparente que las justifique. La persona puede sentir como si estuviera perdiendo el control. Se puede acompañar de otros síntomas físicos, tales como: latidos rápidos del corazón (taquicardia), dolor en el pecho o en el estómago, dificultad para respirar, debilidad o mareos, transpiración, calor o escalofríos y hormigueo o entumecimiento de las manos. Pueden ocurrir en cualquier momento, en cualquier lugar y sin previo aviso. Es más común entre las mujeres que entre los hombres. Suele comenzar entre los adultos jóvenes. La mayoría de las personas mejora con el tratamiento. La terapia puede demostrarle cómo identificar y cambiar los patrones de pensamiento antes de que lo conduzcan al pánico.
Se pueden atravesar sensaciones o condiciones que son pasajeras, mientras que las enfermedades o trastornos mentales son permanentes y afectan la habilidad de funcionar día a día. Puede que la salud mental de una persona esté siendo severamente afectada, pero esto no significa necesariamente que tenga o que vaya a desarrollar una enfermedad mental. Mientras que, por otra parte, puede que una persona que sí tenga una enfermedad mental pueda tener períodos de estabilidad emocional y bienestar social.
¿Cuáles son las señales de alerta?
Es muy importante identificar las señales de advertencia que podrían indicar un problema de salud mental:
-Sentimientos de tristeza o desánimo.
-Pensamientos confusos o capacidad reducida de concentración.
-Preocupaciones, miedos excesivos o sentimientos intensos de culpa.
-Altibajos y cambios radicales de humor.
-Alejamiento de las amistades y de las actividades.
-Cansancio importante, baja energía y problemas de sueño.
-Desconexión de la realidad (delirio), paranoia o alucinaciones.
-Incapacidad para afrontar los problemas o el estrés de la vida diaria.
-Problemas para comprender y relacionar las situaciones y las personas.
-Problemas con el uso de alcohol o drogas.
-Cambios importantes en los hábitos alimentarios.
-Cambios en el deseo sexual.
-Exceso de enojo, hostilidad o violencia.
-Pensamiento suicida.
Si se presenta algún signo o síntoma de una enfermedad mental, se debe consultar a un médico de atención primaria o a un profesional de salud mental. La mayor parte de las enfermedades mentales no mejoran por sí solas y, sin tratamiento, pueden empeorar con el tiempo y ocasionar problemas graves.
Si un ser querido muestra signos de enfermedad mental, hay que tener una conversación abierta y sincera con él, y hacerle saber las preocupaciones. Puede que no se logre obligar a que busque atención profesional, pero sí se puede ofrecer apoyo y aliento. Además, se lo puede ayudar a encontrar un profesional de salud mental calificado y solicitar una consulta. Incluso acompañarlo a ella.
Si el ser querido se ha hecho daño a sí mismo o está en riesgo de hacerlo, hay que llevarlo al hospital o llamar a la atención de urgencia.
¿Qué se puede hacer para cuidar la salud mental?
No existe una forma de prevenir la enfermedad mental. Sin embargo, si se sufre una enfermedad mental, hay que tomar medidas para controlar el estrés, aumentar la resistencia y levantar la autoestima.
-Prestar atención a las señales de advertencia.
-Hacer los controles de atención médica de rutina.
-Pedir ayuda cuando se necesita.
-Cuidarse a uno mismo.