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Vie, Abr

Una buena nutrición comienza en el hogar

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La obesidad es una enfermedad caracterizada por la acumulación anormal o excesiva de grasa corporal, que es perjudicial para la salud. Es crónica y obedece a múltiples causas.

 

 

Tanto el sobrepeso como la obesidad son una pandemia. Según la OMS, la prevalencia del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes ha aumentado de forma alarmante. En Argentina, según la segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS), el 40% de los chicos de entre 5 y 17 años del país tiene exceso de peso, así como un 13,6% de los niños de entre 2 y 5 años.

 

¿Qué pueden hacer las familias para lograr una mejor nutrición de sus hijos?

 

Para hacer frente a esta problemática, En Casa, organización especializada en el diseño de soluciones para el cuidado de la salud, desarrolló una guía de alimentación saludable para las familias, con pautas que ayudan a organizar la cocina.

 

“Durante la infancia y adolescencia se debe comer de todo, ya que cuanto mayor sea la variedad de alimentos que exista en su dieta, mayor es la posibilidad de que ésta sea equilibrada en relación a los nutrientes que se necesitan, puesto que comer sólo lo que nos gusta no garantiza un adecuado estado nutricional. Con la guía que armamos, la cual forma parte de un programa integral de nutrición para chiccos con sobrepeso u obesidad, pretendemos que las familias dispongan de herramientas y recomendaciones sobre alimentación y nutrición que les ayuden a elaborar una alimentación variada, equilibrada y respetando las costumbres y gustos familiares”, explica el Dr. Jaime E. Mazal, médico cardiólogo, especialista en salud pública y director científico de En Casa.

 

Entre las pautas generales de esta guía se encuentran:

 

1-Realizar 4 comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena.

2-Evitar el picoteo entre comidas. Se pueden incluir colaciones (a media mañana y a media tarde).

3-Respetar los horarios de cada comida.

4-No llevar la fuente de comida a la mesa. Servir cada plato con su porción en la cocina.

5-Evitar cocinar de más, a menos que sea para guardar (frezar, refrigerar).

6-Comer sentados y no hacerlo de pie o mientras se realiza otra actividad.

7-No recompensar los logros con comida.

8-Beber entre 6-8 vasos de agua al día. Evitar gaseosas, jugos de fruta procesados y aguas saborizadas.

9-Limitar el tiempo dedicado a actividades sedentarias, particularmente el tiempo que se pasa frente a una pantalla (máximo 2 horas por día).

10-Realizar actividad física programada de 2 a 3 veces por semana y mantenerse activos todos los días al menos 30 minutos con caminatas o juegos que requieran movimiento.

 

“Los cambios de hábito deben involucrar a toda la familia. De esta manera se hace sostenible. El niño no debe asociar que come de tal forma porque está enfermo. Es por ello que en nuestro nuevo programa participan todos los familiares y se ofrece una mirada multidisciplinaria y protocolizada para lograr los resultados deseados. No buscamos que los  chicos solo bajen de peso, sino que expresen todo su potencial de crecimiento y desarrollo a través de una adecuada alimentación. Para lograrlo, tanto ellos como sus familiares, deben conocer e incorporar herramientas y recomendaciones que les permitan elaborar una alimentación variada, equilibrada y personalizada, que respete gustos y costumbres familiares”, agrega el especialista.

 

Para más información:

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