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Jue, May

Congelamiento de óvulos: ¿preservación de la fertilidad?

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Todas las mujeres nacen con el número total de óvulos que van a ovular en toda su vida: eso es la reserva ovárica. Antes de nacer, los ovarios de la beba ya están repletos de folículos y en cada uno de ellos hay un óvulo inmaduro. A partir de la pubertad, dichos folículos van a ir creciendo y madurando de a grupos, hasta que esa reserva se agote en la menopausia.

 

 

 Por ciclo menstrual, se produce un óvulo maduro que es el dominante porque hay un reclutamiento inicial de 20 - 30 folículos (aproximadamente) y uno de ellos, empieza a crecer más rápido, inhibiendo el desarrollo del resto. Los folículos restantes mueren antes de madurar. Pero, en una estimulación ovárica controlada, ese grupo de folículos se rescata de la inhibición del dominante y crecen todos. Momentos antes de la ovulación, el médico especialista en fertilidad, punza esos folículos, saca los óvulos y los envía al laboratorio donde los embriólogos hacen la magia.

        

El famoso reloj biológico

 

Tenemos que tener en cuenta dos factores que llamamos reloj biológico. El primero ya lo mencionamos y es la reserva ovárica, no todas las mujeres tienen la misma y, además, se va perdiendo a distinta velocidad. El otro factor es la edad, con el paso de los años hay menor probabilidad de obtener óvulos normales. A partir de los 35 años la calidad comienza a caer, siendo la chance de éxito reproductivo después de los 40 años, alrededor de un 15%.

        

Es común escuchar la frase “se te pasó la hora” o “a tu edad, ya no podés congelar óvulos”. Bien, nadie puede decirte si podés o no hacerlo. Cada una tiene sus motivos y sus tiempos. Pero es importante saber que si congelás óvulos después de los 40, las chances que esos óvulos sean normales, son muy bajas.

 

Tomar la decisión de hacer el tratamiento no es nada fácil y suele posponerse pero el mejor momento para congelar óvulos es cuando la idea se transforma en preocupación. Si podés hacelo y liberá la mente. Mientras antes congeles, mayor es la chance. Sin embargo, hay mujeres que no necesitan congelar ya que a futuro no les pesaría el hecho de utilizar óvulos de donante en caso que no puedan utilizar los propios.

 

 

Las que deciden son ustedes

 

Como vemos, el congelamiento de óvulos no es algo sencillo y muchas veces la falta de información (o la desinformación) nos lleva a elegir caminos incorrectos. Mi objetivo es poner todas las cartas en la mesa para que cada una pueda tomar esa decisión de la mejor manera.

        

Los óvulos obtenidos en una aspiración folicular, pueden ser maduros e inmaduros. Únicamente vamos a poder utilizar los óvulos maduros, porque los que no maduraron en tiempo y forma, es muy probable que sean anormales. No tiene ningún sentido congelar óvulos inmaduros.

        

La sobrevida de óvulos descongelados (en general) ronda el 85%. A diferencia de congelar embriones, los óvulos son mucho más sensibles a la técnica. Es decir, un óvulo congelado, a priori no significa un bebé a futuro. Para una mujer menor de 35 años, necesitamos tener entre 8 y 10 óvulos congelados para mantener una buena chance por la sobrevida y por los checkpoints naturales que todos los embriones deben superar en el desarrollo normal. Y, mientras mayor sea la edad de la mujer, mayor va a ser la cantidad de óvulos que vamos a necesitar para mantener esa chance. Pero si, además, tenemos en cuenta la reserva ovárica, posiblemente tengamos que hacer dos o tres estimulaciones para lograr tener ese número propicio de óvulos crioalmacenados.

        

El congelamiento de óvulos por motivos sociales tiene un costo económico que no lo cubren las obras sociales ni prepagas. Salvo cuando hay una causa oncológica o algún otro problema de salud que requiera una intervención quirúrgica que ponga en riesgo la salud reproductiva. En esos casos el sistema de salud, ofrece cobertura.

 

 

Si ya estás decidida tenés que ir a una clínica de fertilidad. El procedimiento tiene dos pilares: uno médico, donde el especialista en fertilidad evalúa a la mujer y elabora un esquema de estimulación ovárica, acorde a cada cuerpo, valores hormonales y reserva ovárica. Y uno  biologico, con él o la embrióloga vas a poder entender los detalles del congelamiento, riesgos, metodología, calidad de los óvulos, etc.

 

En la mayoría de las clínicas, no suelen ofrecerte la consulta previa con el embriólogo, hay que pedirla porque son los únicos capacitados para explicarte los detalles del procedimiento.