¿Cómo acompañar las actividades deportivas de nuestros hijos?

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La actividad física contribuye al desarrollo integral de las personas por lo que el deporte, desde temprana edad, aporta a la construcción de las habilidades mentales, cognitivas y creativas.

 

 Es muy importante para el desarrollo de un ser humano el tipo de apego afectivo que tenga con sus progenitores o con sus referentes, ya que es responsabilidad brindar el bienestar necesario para que el niño goce de una salud mental y una vida emocional óptima, lo cual le otorgará una adecuada fortaleza psicológica.

En las últimas décadas los padres han sido grandes motivadores para que sus hijos practiquen diferentes actividades deportivas llevando adelante gran cantidad de horas de entrenamiento a las que se le suman las de doble jornada escolar en muchos de los casos, con lo cual ésta es la primera amenaza con la que se encuentra: el lugar que debería ser de esparcimiento y disfrute puede convertirse uno lleno de presiones y exigencias.

Desde el Counseling somos testigos de cómo los niños llegan a un estado de estrés y presión muy alto por estas exigencias de los padres en los entrenamientos y partidos y, en muchas oportunidades, los adultos se consideran entrenadores, dirigentes, árbitros ¡y hasta desean ocupar el lugar de sus hijos dentro del campo de juego. Si bien en la mayoría de los casos los niños no comprenden qué sucede, sí perciben una fuerte incomodidad. Los pequeños no logran expresarlo con claridad ya que están convencidos que sus padres están haciendo lo correcto pero, a medida que van creciendo y adquiriendo herramientas de comunicación y expresión, van pudiendo manifestar y poner en palabras aquello que los incomodaba.

En estos casos podemos entregar herramientas que ayuden a articular entre los padres y los entrenadores, árbitros y dirigentes para consensuar estas posturas encontradas.  A través de encuentros para padres se logra abrir un espacio donde los adultos pueden expresar sus puntos de vista.

Se trata de darle al grupo herramientas para la solución del problema, que aprendan a gestionar y reconocer sus propias emociones. A partir de ese reconocimiento y de fomentar una comunicación eficaz y asertiva,  el adulto debe comprender lo que su actuar le está generando al niño.

Es importante identificar el sentimiento del niño dentro del campo de juego, comunicarnos con los hijos de manera empática también es un aprendizaje. Para ello el counselor ayuda a conectarse al adulto con sí mismo, con el aquí y ahora, para luego conseguir conectar con el aquí y ahora de sus hijos. Validar la emoción a través de la escucha, legitimizar la nueva perspectiva del adulto y, finalmente, con un diálogo empático se comienzan a percibir los cambios

El lugar de los padres es apoyar y ayudar a sus hijos, en especial en aquellos momentos malos en los cuales no logran alcanzar los objetivos que les plantea su entrenador. Apoyar significa que los niños deben percibir la cercanía de sus padres, por si ellos, tienen la necesidad de acudir para ser escuchados, brindando la posibilidad de que los niños tomen sus propias decisiones manteniendo el equilibrio emocional en todo momento.

El counseling hoy es un recurso implementado dentro del ámbito deportivo, ya que los vínculos familiares dentro de estos espacios son fundamentales para el desarrollo integral de las personas. La generación de un vínculo de confianza con sus referentes adultos más cercanos abre las oportunidades a los niños, para alcanzar sus metas propuestas. Los espacios deportivos son lugares ideales para que se desarrolle.

El counseling colabora con la creación de un ambiente cálido de escucha mutua entre los padres y los niños colaborando con la adquisición de habilidades prosociales en un entorno de protección para ayudar a ampliar las capacidades y habilidades de los niños.