La primera pregunta que vale la pena hacerte es: ¿Cómo te llevás con los cierres?
El final del año es un momento que nos propone mirar todo el tiempo transcurrido, las vivencias y desafíos que fuimos transitando. Darnos la oportunidad de observar y tomar los aprendizajes, revisar los objetivos que cumplimos, los que fueron transformados y los que esperan su momento en el año próximo. Mirar el recorrido puede ser de utilidad para nuestro autoconocimiento.
Al realizar esta observación, proponemos darnos permiso para redefinir qué es lo que nos gustaría que siga en el 2022 y qué puede quedarse en el 2021 ya que no está en sintonía con quienes somos hoy o queremos ser en adelante. Darnos la posibilidad de elegir con atención lo que nos acompañará para recibir un nuevo año es importante.
Un momento de reflexión
¿A qué llamamos un momento de reflexión? Se trata de generar un momento especial para conectarnos con nosotras mismas. Un espacio en donde preguntarnos ¿cómo pasamos este año?, ¿cómo llegamos a diciembre?, ¿cómo nos sentimos?, ¿cuántos desafíos superamos este año? Reflexionar y ver todo lo transcurrido puede ser de utilidad para capitalizar las experiencias vividas y aprendidas.
Darnos cuenta de que quizás atravesamos muchas situaciones que pensamos no poder superarlas, y, sin embargo, aquí estamos, mirando el camino del 2021 puede ser muy alentador. Cerramos un nuevo año con más fortaleza interior y aprendizajes que antes. ¿De qué te das cuenta al hacer este recorrido?
Otra alternativa que podemos encontrar en esta reflexión de cierre de año es que aún estamos a tiempo para cambiarle el final, darle el matiz que más nos guste para culminar un 2021 lleno de desafíos y experiencias. ¿Darle otro final al 2021?, ¿cómo? Eligiendo con qué actitud nos gustaría transitar estos últimos días de diciembre, actuar en lo que está dentro de nuestras posibilidades de acción y de cambio.
La idea de reflexionar no es sinónimo de exigirnos por lo que no pudimos lograr, sino tener presentes todos nuestros logros y, en relación a todo eso que no pudimos realizar, preguntarnos ¿qué fue lo que pasó? Esta pregunta puede brindarnos mucha información sobre lo que necesitamos modificar para poder lograr nuestros objetivos el año próximo.
Quizás muchas de las cosas que no realizamos este año, ya no nos generan el mismo interés y puede ser posible que no las tengamos presentes para el 2022. Realizar este raconto de nuestro camino nos permite ver con claridad todo lo que nos animamos este año, los miedos que superamos y los aspectos de nosotras mismas que desconocíamos. Nos permite reconocer nuestras potencialidades y herramientas, para ponerlas en juego y utilizarlas para crear un 2022 alineado a nuestros deseos.
Una buena oportunidad para valorar los momentos de encuentro
Una oportunidad de encuentro con vos misma y con las demás personas, para decirles a esas personas cuánto las querés y agradecerles por las experiencias compartidas. Estamos a unos pocos días de un nuevo año que nos ofrece 365 oportunidades, 365 nuevos días para conectar, descubrir, crear, generar y desplegar todo nuestro potencial.
Brindemos por un 2022 de disfrute, aprendizaje y crecimiento.