Diez motivos por los que vale la pena tomarse el tiempo de jugar con nuestros hijos

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¿Somos conscientes de la importancia de jugar con nuestros hijos? ¿Sabemos los beneficios que aportan a los chicos pero también a nosotros como padres y a nuestra relación con ellos?

 

 Estas preguntas responden a un hábito que muchas veces se pierde, por falta de tiempo, ganas, energía o, simplemente, otras prioridades. Sin embargo, es fundamental que los padres puedan brindarle tiempo de calidad y de entretenimiento a sus hijos, no solo por ellos, sino también por el bienestar de los adultos. A través de ello, podrán conocerse mejor mutuamente y aprender uno del otro.

Desde AADEJA (Asociación de Empresas del Juguete y Afines) nos comparten diez motivos por los que vale la pena tomarse el tiempo de jugar con nuestros hijos:

-Tu mejor yo: El juego da la oportunidad de mostrar a los hijos nuestro yo más amable. Cuando jugamos con ellos, volvemos a experimentar ser niños de nuevo, sin apuro, sin interrupciones, posiblemente les mostramos la mejor versión de nosotros mismos. ¡Que no se la pierdan! Desconectá, apagá el celular... Y divertite!

-Creatividad: El juego fomenta el desarrollo de la creatividad. Facilitá y alentá a tu hijo para que desarrolle su creatividad e imaginación sin entrometerte ni guiarlo demasiado en su juego y permitiéndole que juegue a lo que quiera, respetando sus combinaciones sin sentido. No hay una única forma de jugar, hay muchas, tantas como maneras de ver la vida. ¡Tu hijo te sorprenderá y te enseñará a verlas a vos también!

-Valores: jugar juntos permite educar de manera sencilla y en armonía. Nos pasamos la vida intentando inculcar valores que nos cuesta que interioricen, sin darnos cuenta es durante el juego cuando nuestros hijos se encuentran más receptivos. Intentá dedicar un tiempo al día para jugar, disfrutá de ese momento mágico donde podés trabajar valores de una manera lúdica y entretenida.

-Conocé a tus hijos: Jugar es una maravillosa manera de conocer a tus hijos porque en ese momento expresan de manera transparente sus emociones. Tendrás la oportunidad de conocer lo que les gusta, lo que los enoja o los frustra, incluso, lo que les inquieta y te ocultan.

-Comunicación: El juego te une a tus hijos y mejora la comunicación. Si compartís horas de juego desde edades tempranas como forma de comunicación familiar y continuás reservando espacios en la adolescencia unidos jugando, podrás ayudarlos a que sean más reflexivos. Estimular su reflexión individual a través de las disyuntivas que se dan en el juego, respetar los diferentes puntos de vista mientras jugamos contribuirá a disparar verdaderos avances en su desarrollo y a consolidarlos para que tomen las mejores decisiones posibles.

-Adiós sobreestimulación: Intentá que convivan los dispositivos electrónicos con el juego al aire libre, los juegos y juguetes tradicionales y lúdicos son beneficiosos.

-Aquí y ahora: Enseñá a tus hijos a centrarse en el aquí y ahora. Ayudalos a centrarse en la experiencia del juego, a disfrutar. Estamos en una sociedad en la que parece ser más importante exhibir la vida y compartirla a través de las redes sociales que vivir la experiencia. Sos su modelo, jugá, sin necesidad de grabarlo.

-Inocencia: Protegé su inocencia sin quemar etapas. En este mundo tan rápido, la adolescencia se adelanta y aunque es difícil no sucumbir a la presión externa, no adelantes juegos que no le corresponden por edad o por contenidos violentos y/o sexualizados. Permití que sigan siendo niños, que sigan jugando.

-Juguetes: ¿cómo elegir un buen juguete o juego para tus hijos? Olvidate de las recetas, se trata de escogerlos poniéndonos en su lugar. A través de la mirada del niño, preguntate: ¿qué haría con el juguete?, ¿jugará más de 20 minutos o lo dejará guardado en el cajón de los juguetes inservibles?, ¿será un juego versátil?, ¿podrá dejar volar su imaginación? ¿Es adecuado para su edad?

-Navidad: Jugar juntos en navidad. La Navidad es el momento más mágico del año para los chicos, la anhelan con ilusión y emoción. Sin embargo, en muchas ocasiones estas fechas se convierten en una carrera de compromisos familiares y actividades que apenas dejan tiempo para jugar de verdad. Estas navidades elegí algún día de juego, sin compromisos, sin apuros. Disfrutá de esos maravillosos regalos que recibieron y creá con ellos tu propia historia.

Actividades simples pueden significar un gran aprendizaje. A través de estos momentos, los padres podrán conocer mejor a sus hijos y sorprenderse de ellos y, por su parte, los más chicos podrán disfrutar de sus papás y tomar un modelo a seguir durante su crecimiento