19
Vie, Abr

Suicidio: cuáles son los principales indicadores de que una persona corre riesgo

Typography

El suicidio es el acto por el que una persona se provoca la muerte de forma deliberada. Por lo general es consecuencia de la desesperación derivada o atribuible a una enfermedad física, una enfermedad mental —como la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia o el trastorno límite de la personalidad— el alcoholismo o el abuso de sustancias. Sin embargo, el factor de riesgo individual más importante es el antecedente de un intento de suicidio no consumado, aunque muchas veces influyen otros como las dificultades financieras, los problemas en las relaciones interpersonales o el acoso psicológico.

 

 ¿A qué indicadores prestar atención?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo se suicidan por año un millón de personas, es decir, que se registra una tasa de 16 por 100 mil. El número aumenta considerablemente en adolescentes y jóvenes y es un acto que se da más en hombres que en mujeres.

"Algunos indicadores que pueden dar las personas que atraviesan una situación de riesgo es la retracción de los vínculos sociales, el aislamiento y también la irritabilidad con los más cercanos, como familiares y amigos. A su vez, las alteraciones en el ciclo del sueño – dormir durante el día y estar despierto por la noche –y la anhedonia o pérdida del deseo, son también signos de alarma a los que debemos prestarle atención. Lo mismo cuando hay reiteradas alusiones a la muerte, amenazas de suicidio o sentimientos de angustia y desesperanza", explica el Dr. Horacio Vommaro, médico psiquiatra y Director de Psiquiatría y Salud Mental de INEBA.

¿Cómo prevenirlo?

En la prevención del suicidio hay que tener en cuenta la modalidad clínica con la que se presenta. En ningún caso hay que banalizar el intento suicida, ya que el 20% de las personas que lo intenta una vez, vuelve a realizarlo al cabo de un año y el 50%, luego de cinco.

"Es muy importante pedir ayuda lo más tempranamente posible y recurrir a una consulta con un profesional a pesar de la reticencia que se expresa frecuentemente. A su vez, los familiares y amigos deben acompañar con cariño y paciencia, contener y no exigir a la persona que salga de ese estado de manera repentina", comenta Vommaro.