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Vie, Mar

La carta natal: un mapa de vida que todos deberíamos conocer

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Esta magnífica herramienta, a la que muchos llaman mapa de vida, carta de navegación o la partitura que suena con tu música, nos ayuda a entender mucho de lo que vivimos, de cómo somos y qué eventos atravesamos. 

 

 La carta natal nos da una cantidad de información que, en primer lugar, nos permite alcanzar cierta comprensión de por qué somos de un modo u otro. Por qué algunas personas son extrovertidas, ansiosas, calladas, y un sinfín de cualidades o características más que nos definen.  

La Carta Natal, se compone de dos estructuras fundamentales:

-Una de ellas es la estática o matriz. Esa carta, conforma la estructura en torno a la cual nos vamos a mover con la segunda estructura: la Carta dinámica. 

La Carta estática es la carta que no se mueve jamás, muestra las energías, como si sacáramos una foto del cielo  en el momento en que una nace. Este mandala, que va a indicar si se es de Escorpio, con luna en Piscis y ascendente en Sagitario, se desprende de los datos de nacimiento: fecha, hora y lugar, y nunca sufre modificaciones. 

-La carta dinámica, es la que se trabaja a lo largo de la vida, en cada consulta astrológica. Se mira en la Carta cómo se van desplegando los planetas en el cielo. Al girar, se van formando distintos aspectos, y van tocando puntos de la carta matriz, o planetas natales, que van marcando distintos momentos de la vida. 

Algunos de esos momentos, van a ser generales. Como el segundo retorno de Júpiter, el segundo retorno de Saturno, la oposición Urano Urano. Sucede más o menos alrededor de los 24; 28/29; de los 41/43 años, cada uno de estos retornos. ¿A muchas de ustedes no les pasó algo que marcó una diferencia, generalmente iniciática, alrededor de los 24 años? ¿No sintieron un nuevo comienzo, o una determinada vivencia que comenzó a dar una nueva estructura a sus vidas alrededor de los 28/29? ¿O no tuvieron una crisis importante o una vivencia muy inesperada alrededor de los 42 años?

Fuera de estos tránsitos  que todos vivenciamos, habrá otros absolutamente individuales.  Esos momentos estarán marcados por nuestras progresiones, nuestra fase del Ciclo Sol Luna y, por supuesto, por nuestros tránsitos. Es decir,  somos todo aquello que es dinámico en el Universo, y que va tocando nuestra carta natal estática. 

Todos los niños que nacieron en estos días, van a tener las mismas posiciones en su carta natal. Eso será para siempre y definirá sus personalidades. ¿Eso hace que todos sean iguales, que tengan las mismas vivencias? La respuesta es no. Porque hay que tener en cuenta cuál es el entramado de energías al cual pertenecen. Es decir, su entorno. Y cuando tenemos un mapa, las rutas pueden ser varias. Esa elección, la de la ruta que se elija en este mapa, será única, individual, y tiene que ver con el libre albedrío. 

También es posible, que esas personas que tienen la misma carta, tengan aspectos más en luz que otros y viceversa. Existirá quien se sienta más identificada con su Neptuno, y quien lo haga más con su Sol. Y allí se pone en juego la labor del Astrólogo. Porque las energías tienen que integrarse para que el desarrollo de esa persona sea equilibrado. Para que los aprendizajes y propósitos  que están en la Carta puedan ser desplegados.

También será labor del Astrólogo, contar cómo están aspectados los planetas en la carta madre. Esas rayas que cruzan el círculo interior, en rojos, azules y verdes están contando cómo se relacionan los planetas entre sí y qué característica le dará a cada personalidad ese entramado. 

Por eso, la experiencia de abordar una Carta Natal es tan personal y tiene que ver con el ciclo de vida que se esté viviendo, con la evolución que se haya realizado a lo largo de la misma. 

Es una herramienta que permite reconocer cosas que tal vez costaron entender, identificar o se hayan negado sin querer. Es como abrir una caja de Pandora que comunica con el misterio de cada ser, con la identidad más profunda. 

Por eso, si resonás con estos Lenguajes Ancestrales y Sagrados que hoy tienen su nueva iluminación, un resurgimiento, una nueva escucha entre la gente y, sobre todo, un nuevo abordaje, bastante alejado de lo predictivo y mucho más relacionado con lo evolutivo, permitite la experiencia. Es intransferible y sorprendente.