Salud transgénero en adolescentes ¿Cómo abordarla?

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La autopercepción sucede, no se elije, comienza en la niñez y se consolida en la adolescencia. ¿Qué debemos saber para acompañar el proceso?

 

 La sexualidad no tiene género, es libre, y es un derecho al goce, sabiendo que cada persona la expresa y siente como quiere y le haga feliz. En nuestro país cada vez más adolescentes se autoperciben fuera del binario ¿cómo se debe abordar este tema? ¿Qué se debe tener en cuenta al momento de pensar la salud?

El género es un concepto de la sociología y no de la biología, son las características que pauta la sociedad y que definen lo masculino y lo femenino, y lo que es ser de una forma u otra. Originalmente este concepto es binario -se es hombre o se es mujer-, lo que llevaba a una persona trans a no tener posibilidad de sentirse identificada, pero también a la discriminación y la exclusión de la sociedad y el sistema de salud.

Vivimos en un mundo en donde lo binario y heterosexual es lo considerado normal y todo lo que se salga de esa norma se patologiza. Incluso, la palabra transgénero -término global que define a personas cuya identidad de género no se ajusta a aquella asociada con el sexo que se les asignó al nacer- es una denominación reciente que surgió a partir de la visibilización de un colectivo que durante mucho tiempo fue considerado como un trastorno o enfermedad.  

En la mayoría de los casos, la autopercepción se comienza a construir a lo largo de la infancia y se consolidará en la adolescencia. Cuando pensamos en la infancia los  niños no tienen concepto de género, sino que lo irán formando con toda aquella información que reciban desde el afuera, a través de los juegos y las vestimentas. Eso es lo que se impone y denomina como modelo de género.

Actualmente, gracias al trabajo de los movimientos de padres que acompañan a la niñez trans, nos muestran que, si escuchamos a los más pequeños y los dejamos elegir, lo transgénero o lo no binario puede ser observado desde muy temprana edad pudiendo brindar información y soporte a tiempo.

Salud transgénero: ¿cómo abordarla?

Cuando el niño trans llega a la pubertad, la familia y el pediatra podrán percibir el grado de incongruencia con el sexo biológico y, a partir de allí, realizar el acompañamiento necesario y establecer los pasos a seguir. Lo más importante es la aceptación y el acompañamiento no invasivo sin intervenciones tempranas.

Es posible frenar el desarrollo puberal uno o dos años de manera medicamentosa y en el acompañamiento decidir en qué momento puede ser oportuno iniciar un tratamiento hormonal cruzado. A veces no es requerido ya que, quizás, el adolescente se siente bien solo con el cambio registral y social, su vestimenta y su visión hacia el afuera.  

Si fuera necesario iniciar un tratamiento hormonal cruzado, éste puede comenzarse a los 13/14 años de manera gradual con opciones que pueden ser reversibles, con acompañamiento y asesoramiento claro y completo de los cambios y efectos que los tratamientos producirán en su cuerpo (por ej. en la fertilidad). Luego se esperará a la mayoría de edad para realizar los tratamientos quirúrgicos de reasignación de genitales y mamas.

Nuestro país es pionero en materia de salud transgénero. A partir del año 2012 y con la sanción de la Ley de Identidad de Género (Nº 26.743) ya no es necesario pedir certificaciones ni diagnósticos médicos a las personas que quisieran modificar sus cuerpos y acceder a los tratamientos de manera gratuita por la cobertura médica de salud, tanto pública como de obras sociales y prepagas. Desde ese momento basta solamente con la manifestación de la persona de querer cambiar el género según se autoperciba.

Lo más importante es acompañar con y desde el amor y aceptación el proceso del adolescente. Está demostrado científicamente que la contención familiar es el factor más destacado para mejorar la calidad de vida y evitar así situaciones complejas como la depresión o el abuso de sustancias o consumo de alcohol. Por otra parte, la escuela y la sociedad cumplirán un rol fundamental para evitar la discriminación, el bullying y otros tipos de violencia que solo producen el deterioro de la salud integral de las personas.

Todos tienen derecho a manifestar y expresar su identidad y sexualidad como se autoperciben, a sentir su cuerpo con libertad y disfrutar de una vida plena y saludable. Y el sistema de salud tendrá que salir del modelo médico hegemónico y empezar a deconstruirse para tener otra perspectiva sobre todo en lo que a salud sexual se refiere.

Género, transgénero, género fluido, género no binario, agénero... libres y sin etiquetas.