El Desarrollo personal es un tema que suele parecer muy obvio y, a la vez, confuso, pero también nos enfrenta con algunas dudas: ¿Qué será?, ¿para qué sirve?, ¿cómo y qué tengo que hacer?
Vamos a desandar lo conocido, lo preconcebido y a jugar con lo desconocido, desarmemos el rompecabezas y volvamos a armarlo.
El desarrollo personal es un proceso de cambio. No, no hace falta que cambies completamente quien sos, no hay reglas o listados de lo que se debe o no se debe cambiar, mucho menos de lo que se tiene o no se tiene que ser, no existen aquí los "esto está bien y esto está mal”. Nadie te va a decir quién y cómo deberías ser, pensar o sentir. No hay generalidades. Solo la singularidad de cada persona que atraviesa este camino.
El counseling acompaña a las personas para que lo vayan descubriendo y para que los "deberías" que recién mencionábamos se transformen en "soy", "pienso" y "siento".
Durante tal proceso se trabaja junto con la persona consultante para que pueda rever lo ya conocido de sí misma, lo que sabe "de taquito", aquello que parece que siempre funciona y paradójicamente muchas veces no lo hace.
Se trata de encontrar nuevas ideas, miradas, formas de pensar y de pensarse, sentimientos descubiertos por primera vez, aprender sobre sí mismas, revisar su sistema de creencias y reacomodarlo, verse desde un nuevo lugar, ver sus vínculos con los demás desde nuevos ángulos.
El objetivo es tener una distinta actitud frente a diferentes situaciones, tanto de la vida cotidiana como de nuestra existencia global. Nos acercamos a ser lo que somos, dejando atrás, con el tiempo que nos demande a cada uno, lo que ya no somos, o no queremos ser, lo que ya no nos da resultado, lo que creíamos y supuestamente debíamos ser.
Pasamos así a darnos cuenta que "somos siendo", y en cambio constante, un cambio para nuestro propio bienestar, el cual vamos actualizando. Cambios que, a su vez, siempre podemos volver a cambiar.
Es así como una persona mejora su calidad de vida en distintas áreas: en lo social, en lo vincular, en lo laboral y en lo profesional. Y así favorecer la realización de los deseos y proyectos. Los verdaderos, los nuevos, los que se habían quedado en pausa, aquellos que jamás se nos habían ocurrido fueran propios.
¿Es fácil este proceso? No. En ocasiones puede ser difícil, incluso por momentos doloroso, podemos sentir que perdimos la brújula, nos vamos desconociendo para conocernos de nuevo. Pero no lo hacemos solos. Los Counselors estamos para acompañar.
¿Debo remover toda mi vida, todo mi pasado? No, no debés nada. No hace falta remover y excavar todo. Y acordate siempre que es a tu tiempo, hasta "ahí", hasta donde puedas y en el momento que puedas, no hay apuro, no hay meta obligatoria a donde llegar.
Comparemos, finalmente al proceso de desarrollo personal: Revisar y acomodar la ropa en el placard. Probemos:
-El proceso de desarrollo personal es como cuando revisamos el placard pero lo hacemos con toda nuestra persona. Con toda nuestra totalidad. "¿Qué es con lo que me quiero quedar? ¿Para qué tengo esto guardado hace tanto tiempo? ¿Lo voy a volver usar? Esto ya no es mi talle. Esto me encanta, ¡me lo quedo! Si lo coso un poco, y lo hago a mi nueva medida, está para volver a usar. Esto no me acuerdo ni que es ni de donde lo saqué. ¿Para qué lo habré guardado? Lo usé un montón y me servía pero ya no. Jamás me lo puse. ¿Qué hago? ¡Lo tiro! Esto no es mío, ¿a quién le pertenecerá? Creo que lo tomé prestado de otra persona."
La idea es que en el placard solo quede lo que sentimos como propio, sea de nuestro talle y nos haga sentir cómodas.
No importa la cantidad de prendas de vestir, no se trata de si son muchas o pocas, pero que con todas podamos ir tanto a un casamiento como a jugar al tenis, al trabajo, de vacaciones, a un recital, al banco o a tomar algo con un amigo y nos sintamos bien y de acuerdo con nosotras mismas, siempre sintamos que somos quienes somos. Las de hoy. Las de ahora. Las de este preciso momento.