Poder disfrutar de una sexualidad libre es parte de una vida plena. Sin embargo, el término sexualidad plena para cada mujer es diferente y depende de varios factores: como edad, etapa de la vida, cambios físicos y psíquicos, experiencias y hasta paradigmas o programas socioculturales.
La mayoría de los académicos afirman que las mujeres llegan al pico máximo de autoconocimiento y disfrute sexual posterior a los 40 años, cuando han atravesado múltiples experiencias. Hoy, en tiempo de feminismo y de derrumbe de mitos y creencias, es importante repensarlo.
Desde hace un tiempo la hiperconectividad y la gran información ponen a la mujer en un lugar de sobre exigencia: deben estar impecables en materia estética, ser independientes, madres y estar siempre dispuestas para tener sexo. Lejos de liberar la sexualidad de las mujeres estas exigencias sólo presionan más sobre un modelo patriarcal y un estereotipo de mujer perfecta.
Para que el cambio se realice, debemos propiciar la exploración del deseo propio y el autoconocimiento y así tener consciencia de una misma.
La clave es dedicar tiempo para nosotras y para explorar la vida sexual, pero sobre todo, derribar los mitos que atan a las mujeres cuando hablamos de salud como por ejemplo:
- Cuando comienza la menopausia se acaba la vida sexual plena.
- Con incontinencia urinaria no puedo disfrutar del sexo ni vivir una historia de amor.
- Si sufro de enfermedades como el cáncer de mama es imposible tener relaciones íntimas.
Éstas son sólo algunas de las creencias limitantes que desaniman a muchas mujeres a avanzar con sus vidas en materia sexual y, en todos estos casos, con la guía adecuada de un médico especialista, se puede disfrutar de ella.
La información y educación desde temprana edad son clave. Es importante que las mujeres venzamos el miedo y el pudor, consultemos siempre a los médicos especialistas para orientación y en caso de ser necesarios conocer los tratamientos adecuados para comenzar a disfrutar del sexo de forma libre y plena.