¿Existen patrones preestablecidos que son los responsables de nuestro accionar? ¿Hay una relación entre nuestras conductas y nuestras creencias? ¿Y entre nuestras creencias y ancestros?
Quisiera que reflexionemos juntos sobre el poder que encierran estos interrogantes, pero comenzaré definiendo qué son las creencias, lo cual nos abrirá paso a entender un poco más la influencia de nuestros ancestros en nuestra vida.
Una creencia es una etiqueta, una valoración cualitativa que me permite describir una situación, pudiendo ser ésta limitante, donde solo se piensa que nada puede transformarse, quedando así atrapado en la queja y la resignación; mientras que otras creencias, contrariamente, son posibilitantes, convirtiéndose en nuestras alas que nos permitirán atravesar cielos y mares emprendiendo un viaje de infinitas posibilidades.
Nuestro cerebro tiene una misión fundamental y es garantizar nuestra supervivencia. Nos hemos construido una identidad con una descripción de nosotras mismas y de aquello que nos rodea, y esto es lo que condiciona nuestro modo de percibir la realidad, la significancia que le damos a lo que nos sucede y las decisiones que tomamos en consecuencia.
¿Y de dónde nacen estas creencias y programas que tenemos instalados sobre cómo debemos entender el mundo y reaccionar ante él?
La historia de estos mapas y filtros mentales se remonta a mucho tiempo antes de que naciéramos: por generaciones y generaciones las vivencias que fueron teniendo nuestros ancestros, sus aprendizajes, sus dogmas culturales sobre lo que está bien y lo que está mal, etc. se han ido transmitiendo, en general de modo implícito, hasta llegar a vos. Por eso, por ejemplo, lo que para una cultura puede ser motivo de repudio absoluto y expulsión del clan (y hasta la muerte) como ser que una mujer quede embarazada siendo soltera, para otras puede ser algo sin mayor trascendencia en la dinámica familiar y social.
Como lo anterior hay infinitos ejemplos pero lo importante es que sepamos que aprendemos a entender el mundo, a definirlo, a sentirlo y a accionar/vivir en él, a través de los mandatos y vivencias de nuestros ancestros y clan familiar, lo cual impacta de lleno en nuestra vida actual en la cual tendemos a profundizar esos patrones con experiencias propias que los refuerzan.
La mayor parte de nuestra vida vamos repitiendo las creencias y experiencias de quienes nos precedieron sin siquiera reparar en el hecho de que son arcaicas y desactualizadas desconociendo el poder que ejercen sobre nuestras vidas.
Si descubrís que sobre tus espaldas cargás una mochila con contenidos legados de tus padres, ancestros y hasta de tu propia experiencia de vida, pero también descubrís que en tu presente esto que reproducís no tiene nada que ver con lo que elegirías, ¿te animás a soltarlas y explorar la esencia de tu verdadero ser? Si es así, la Biodescodificación y la Medicina Cuerpo Mente Alma te pueden resultar de una inmensa ayuda.
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