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Jue, Mar

Saber para actuar

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Esta nota tiene como objetivo ayudar a cada mujer a conocer los riesgos, los síntomas y las medidas que debe tomar cuando se trata del Cáncer de Mama. De esa manera, si se  conoce sus factores de riesgo o se desarrolla síntomas, se puede realizar los controles y acceder a un tratamiento lo más rápido posible.

 

 En la actualidad, en nuestro país alrededor de 19 mil mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama cada año. Pero la buena noticia es que gracias a la investigación, los tratamientos y la detección temprana cada vez más mujeres se recuperan completamente de la enfermedad y demuestran que es posible ganarle al Cáncer de Mama, y sobreponerse como otras cosas desafiantes de la vida.

Sin embargo, aún hay muchas mujeres que desconocen qué es, no realizan sus controles anuales, o tienen demasiado miedo para buscar ayuda o acudir al médico/a. Según una encuesta desarrollada por Fundación AVON Argentina, el 25% de las mujeres menciona que no se considera informada respecto del Cáncer de Mama y su detección temprana.

Muchas no comprenden los riesgos de desarrollar la enfermedad, por lo que no pueden tomar medidas para controlarse a tiempo. Además, el 43% de las mujeres de más de 40 años no realiza su mamografía anual. Esto muchas veces retrasa el diagnóstico y como consecuencia la enfermedad avanza.

Conozcamos los factores de riesgo:

Los factores se dividen en “no modificables” - es decir, aquellos que no podemos evitar y aumentan las posibilidades de que se genere la enfermedad- y “modificables”, que consisten en medidas que podemos incorporar para reducir el riesgo de Cáncer de Mama.

Si bien, no podemos cambiar estos factores, es importante conocerlos y ser conscientes, para estar atentas, conversar con nuestro medico/a y llevar adelante los controles que indique.

Ser mujer. Las personas que tienen mayores riesgos de desarrollar Cáncer de Mama son las mujeres. De hecho, el Cáncer de Mama es el tumor maligno más frecuente en la mujer, y si bien puede afectar también a los hombres, la proporción es mucho menor (es cien veces más frecuente en la mujer que en el hombre).

La edad es uno de los principales factores. A pesar de que las mujeres mayores tienen más riesgo de desarrollar Cáncer de Mama, todas las mujeres tienen factores de riesgo únicos que son específicos de ella, motivo por el cual las mamografías de rutina generalmente comienzan a partir de los 40 años.

Otro riesgo lo constituye contar con un historial familiar de Cáncer de Mama o de Ovario. Esto también puede aumentar las probabilidades de desarrollar la enfermedad. La presencia de un familiar de primer grado (madre, hermana, hija) con Cáncer de Mama, aumenta el riesgo de padecer la enfermedad entre 1,5 a 3 veces por sobre la población general. Este riesgo aumenta cuanto más temprana es la edad de aparición en el familiar afectado, y con el número de casos en la familia.

La densidad mamaria es una condición de las mamas que presentan mayor cantidad de tejido glandular, en relación al tejido adiposo. La mama densa aumenta entre 2 a 6 veces el riesgo de desarrollar cáncer de mama, ya que a mayor tejido glandular, mayores posibilidades de proliferación o de que se generen mutaciones en las células mamarias. La mama densa se visualiza radio opaca en la mamografía, al igual que el tumor. Es por ello, que éste puede pasar desapercibido en los resultados y no ser detectado de manera temprana. Existen estudios complementarios a la mamografía que permiten detectar el Cáncer de Mama, aún en casos de mama densa:

La ecografía se recomienda en mujeres jóvenes, y como complemento de la mamografía a partir de los 40 años. • En casos de pacientes con mamas densa y alto riesgo de desarrollar Cáncer de Mama (por antecedentes familiares, cáncer hereditario, entre otros), el mastólogo/a podrá indicar ecografía y/o resonancia magnética como estudios complementarios a la mamografía.

La menstruación a edad temprana puede constituir otro de los factores de riesgo. Por último, la edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber tenido hijos.

Existen otros factores que sí podemos controlar y que son modificables para reducir las posibilidades de desarrollar la enfermedad.

El sobrepeso aumenta los riesgos, por eso es importante que mantengas un peso corporal adecuado, a través de comidas saludables basadas en frutas, verduras, carne magra, carbohidratos integrales y productos lácteos bajos en grasa. Y si bien los dulces pueden continuar en tu menú, es necesario que los incluyas de manera moderada. Las mujeres obesas y con sobrepeso tienen más riesgo de padecer un Cáncer de Mama y de volver a tenerlo (recurrencia) que las mujeres que tienen un peso saludable. Esto se debe a la producción de estrógenos en el tejido graso.

Falta de ejercicio físico: las personas que realizan actividad física pueden controlar de forma más eficiente el peso, reduciendo así los niveles de grasa en su cuerpo. Mantenerte activa es un plus. Moverte más, ya sea caminar al trabajo todos los días o hacer ejercicio, es una gran manera de mantener un peso saludable y reducir el riesgo de Cáncer de Mama.

El consumo de alcohol también se ha relacionado con el Cáncer de Mama. Por esto, es importante que consumas bebidas sin alcohol. Y dejar el brindis sólo para ocasiones especiales.

Fumar tabaco no sólo aumenta la posibilidad de desarrollar Cáncer de Mama u otros tipos de cánceres, sino que también puede producir otras enfermedades que compliquen el tratamiento (como la alteración de la vascularización y la circulación sanguínea, las afecciones pulmonares).

Tené en cuenta que ninguna de estas opciones de estilo de vida es una garantía de que nunca desarrollarás Cáncer de Mama, pero sin dudas, mejorará tu salud y reducirá tu riesgo. Empezá con pequeños cambios que puedan sostenerse a largo plazo.

Por otro lado, la mayor parte de los factores de riesgo son poco o nada modificables. En consecuencia, la detección precoz (prevención secundaria) es la mejor estrategia para reducir la mortalidad.

Conozcamos los síntomas:

Uno de los principales hechos que contribuyen a la supervivencia del Cáncer de Mama es la detección temprana y en AVON y Fundación AVON queremos que todas las mujeres se sientan seguras al examinar sus mamas y saber qué síntomas buscar. Una vez que sepas cómo se ven y se sienten normalmente, es más fácil detectar cualquier variación.

Por lo general, se cree que sólo debemos buscar “bultos”. Sin embargo, cualquier cambio en el tamaño, forma y sensación de tus mamas también es importante.

Guía para reconocer los síntomas:

- Tocalas y miralas, entonces sabrás cómo son normalmente y te ayudará a detectar cambios.

- Cualquier cambio en tu piel como arrugas, hendiduras, enrojecimiento o sarpullido.

- Cambios en la posición o forma de un pezón o salida de líquidos si no estás embarazada o amantando.

- Bulto o espesamiento en tu seno o axila. Cualquier otro cambio en el tamaño, forma y sensación de tus mamas.

Siempre ante cualquier cambio o duda que tengas recurrí a tu médico/a.

Saber para actuar:

Detectar uno o más de estos síntomas no necesariamente significa que tenés Cáncer de Mama, pero sí es necesario que tomes un turno con tu médico/a, converses con él/ella los cambios detectados y las dudas que tengas y poder controlarte lo antes posible.

No minimices ningún síntoma por pequeño que te parezca, tampoco sientas que estás perdiendo el tiempo con tu médico/a, o si creés que podría deberse a otra cosa. Los especialistas son lo que pueden darte un diagnóstico preciso, al realizar un examen completo de tus mamas y te recomendará realizar estudios adicionales si fuera necesario. Si los síntomas persisten, a pesar de haber hecho la consulta, volvé a tomar otro turno.