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Mié, Abr

Relaciones tóxicas y violencia

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Las relaciones tóxicas esmerilan la autoestima y destruyen la capacidad de vivir con entusiasmo. Este tipo de vínculos puede comenzar con agravios verbales, descalificación, control excesivo sobre la pareja, celos, críticas constantes y en el peor de los casos, llegar a la violencia física. Si bien el maltrato puede ser tanto hacia el hombre como hacia la mujer, voy a centrarme aquí en la violencia hacia ellas, no porque crea que sólo las mujeres son las víctimas sino simplemente porque es más frecuente que así sea.

 

 Una de las razones por las cuales las personas, en algunos casos, no se dan cuenta que una relación que recién empieza va en una dirección patológica es porque en los primeros tiempos de un nuevo vínculo, ambos participantes se encuentran en una etapa de enamoramiento que se caracteriza por la idealización del otro, lo que los ubica en una posición de ceguera temporal en la que no pueden ver las fallas o rasgos negativos de la personalidad de sus nuevos compañeros. En otras palabras, en esta etapa se magnifican las cualidades positivas y se tiene una falta casi total de juicio hacia la persona amada.

Una vez pasada la etapa inicial, lo esperable sería que la mujer sufriente pudiera poner fin a esta situación dañina, sin embargo hay quienes tienen dificultad para salir de este tipo de relaciones tóxicas aunque vivan una gran infelicidad, justificando la agresión con argumentos tales como, "me quiere y va a cambiar", o "aguanto para que no me deje".

Esta imposibilidad para alejarse de alguien que hace mal, se da por diferentes motivos, uno de ellos, y tal vez el más frecuente, es una baja autoestima, la que sin ninguna duda se origina en la infancia. La valoración de nosotros mismos empieza en la niñez y tiene que ver con la unión establecida con nuestros padres o cuidadores y la confianza y seguridad que pudimos desarrollar en tiempos remotos a partir de ese vínculo fundamental.

Otro problema que se puede presentar es el de las mujeres que si bien logran salir de este tipo de relaciones patológicas, vuelven a elegir nuevas parejas también violentas. Se trata de una compulsión a la repetición, un círculo vicioso invariable que las somete al padecimiento. Este patrón repetido de elección de vínculos tóxicos, aparentemente causales, son solo la punta del iceberg y en realidad esconden un trasfondo invisible que subyace a lo consciente. Habrá que indagar durante un proceso terapéutico en lo profundo de la psiquis para encontrar la razón de este comportamiento destructivo.

Consejos para tener en cuenta:

-Recordá que al principio de una relación no sos eficiente para valorar los comportamientos del otro. Estate atenta a cualquier tipo de violencia. Identificada a tiempo es más fácil.

-Escapá de las relaciones tóxicas, cuando el amor es arrasado por la violencia, la felicidad queda en el olvido.

-Si sufrís violencia repetida y te quedás esperando que tu pareja modifique su forma de ser, acordate que los seres humanos tendemos a ser rígidos en nuestros comportamientos y que en general no cambiamos. No esperes lo que no sucederá. Es interesante lo que decía Albert Einstein: "Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”.

-Si ya estuviste en una relación tóxica y volvés a reincidir en este tipo de vínculo, buscá un terapeuta que te ayude.