Sentís que tu mundo se iluminó, ves todo de manera diferente, positivamente. Pasarías horas haciendo el amor con él. Quizás sueñes con compartir la vida, si es que ya no lo estás haciendo. De pronto te preguntan – o te preguntás – si estás enamorada. Y no sabes bien qué responder.
¿Se trata de amor o es solo la intensidad del deseo lo que te hace perder la razón?
La Dra. Helen Fisher, antropóloga y bióloga estadounidense, experta del portal de citas Match.com, lleva más de tres décadas estudiando el amor romántico. Fisher sostiene que el mismo, en su mejor versión, puede ser una maravillosa adicción y, en su cara más oscura, llevar a la depresión, al suicidio y hasta el homicidio. Los estudios de Fisher han incluido exhaustivos escaneos cerebrales que demostraron que, cuando una persona está enamorada, exhibe actividad en algunas áreas del cerebro que son las mismas que se activan con la adicción a ciertas drogas. Dice Fisher “los enamorados y los adictos muestran conductas similares que pueden incluir distorsión de la realidad y cambios en la personalidad".
En un mundo ideal, las personas siempre nos enamoraríamos de quien nos despierta esa pasión arrolladora que nos quema. Pero las veces en que esto ocurre son contadas: amor y deseo suelen tomar caminos distintos. Es frecuente que exista una química intensa con quien no podremos llegar a construir una relación de otra índole que la sexual.
Cuando la infatuación es grande, también es habitual que creamos estar enamoradas. Caer en la confusión es común ya que amor y deseo pueden tener interpretaciones diversas para cada quien. Sin embargo, las relaciones de tanta intensidad que nos hacen creer que no podemos vivir sin un otro, no suelen derivar en buenos amores, sino más bien en obsesiones poco conducentes.
Las siguientes preguntas pueden ayudarte a entender si solamente sentís una intensa atracción sexual o sentimientos de naturaleza romántica:
¿Tenés interés en profundizar el vínculo?
El amor es una construcción, pese a la idealización de las parejas que suele verse en las películas. En el período de enamoramiento, la confusión acerca de qué sentimos suele ser grande. Querer ahondar en la historia del otro y en sus proyectos puede ser una señal de que allí hay potencial para algo más que el erotismo.
¿Existe respeto, admiración y querés lo mejor para él?
Un buen amor pretende lo mejor para el compañero. Se basa en el registro de lo que cada quien necesita y, en esa retroalimentación entre dos, ambos crecen y evolucionan. Tener interés en el bienestar del compañero es señal, no solo de empatía, sino de apuntar a cimentar una relación.
¿El sexo es lo único que te importa?
Si una vez satisfecho el deseo sexual, te da igual quedarte con ese hombre, o inclusive sentís que su sola presencia te irrita, lo más probable es que lo que sientas sea una mera excitación erótica.
¿Existe un proyecto en común?
Quien de veras tiene interés en profundizar en una relación, busca pequeños acuerdos, momentos compartidos y tiene detalles que hacen que el vínculo crezca. No se trata solo del momento sino de pensar en lo que sigue.
Si no sabés muy bien lo que estás sintiendo, date tiempo. Las relaciones son un atractivo y misterioso universo que no siempre presenta respuestas inmediatas.