Cuando nos enteramos que estamos embarazadas además del torbellino de emociones que significa la llegada de un hijo a la familia, surgen algunas inquietudes respecto a la sexualidad de la pareja durante el embarazo y la maternidad.
A menos que hubiese alguna contraindicación médica, una pareja puede tener relaciones sexuales durante todo el embarazo sin dañar de ninguna manera al bebé en gestación. Del mismo modo, si ambos están sanos, no hay riesgo de contagiar ninguna enfermedad. Dentro del vientre de la madre, el pequeño está perfectamente protegido, aislado de movimientos bruscos o ruidos del exterior, rodeado por el líquido amniótico, las membranas y, sobre todo, por las paredes uterinas. Literalmente el bebé no siente nada a menos que haya muchos cambios de posición o que la mamá llegue al orgasmo, momento en el que puede sentir una leve contracción en el útero, que el bebé sentirá como una leve presión o masaje, totalmente inofensivo. Incluso algunas mujeres, luego de tener relaciones sienten que el bebé se mueve muchísimo y otras no lo sienten durante unas horas. Esto sucede porque el bebé sí percibe los sonidos y movimientos diferentes a los habituales, de modo que cuando él siente esto tan diferente, sabe que algo está pasando.
También hay que señalar que hay dos clases de embarazos: Los embarazos donde el sexo juega un rol principal y la futura mamá se vuelve totalmente apasionada y demanda permanentemente tener relaciones sexuales con su pareja, y el otro tipo de embarazo donde no surge el deseo sexual en ningún trimestre de la gestación. Es normal que en el último trimestre del embarazo el deseo sexual descienda: el cansancio, el estrés, la falta de aire y muchas veces los cambios del cuerpo, generan algunas molestias que alejan la pasión de la relación.
¿Cuáles son los beneficios de tener relaciones sexuales durante el embarazo?
– Se liberan endorfinas y encefalinas: hormonas encargadas del bienestar y la sensación de estar volando luego del orgasmo.
– Suave masaje: el útero recibe las contracciones orgásmicas y genera en el bebé una sensación de leve presión.
– Mamá feliz: el bebé percibe los cambios en el tono de voz de la mamá y sus risas, sabe que en ese momento algo bueno le está sucediendo.
– Mejor lubricación vaginal: al tener mayor flujo sanguíneo, también aumentan las secreciones vaginales. La penetración puede ser mucho más agradable durante el embarazo y se perciben menos molestias.
¿El bebé puede salir lastimado luego de un encuentro sexual?
No. El útero está recubierto y sellado por una membrana mucosa muy gruesa que lo protege para que nada malo pueda pasarle. Si no hay contraindicaciones médicas podés seguir activa sexualmente durante todo el embarazo.
¿Qué posiciones son las más favorables durante el embarazo?
La mamá debe estar siempre cómoda, puede usar almohadones o una toalla enrollada bajo la cadera para generar cierto alivio al peso del cuerpo.
¿Se siente menos placer en el embarazo?
Los genitales están más hinchados por el aumento del riego sanguíneo, los pechos están hipersensibles y hay mayor humedad vaginal. Esto puede ser muy placentero para algunas mujeres pero otras lo sienten como una incomodidad.
¿Y qué pasa con los hombres?
Los hombres siguen viendo muy atractivas a sus mujeres, pero a muchos les cuesta aceptar a su pareja en este nuevo cuerpo.
Retomando la vida sexual
– Aceptar: Las cosas cambiaron. Las noches de sexo desenfrenado en el ascensor a la madrugada van a ser reemplazadas por ver una película abrazados en el sillón y preparados para levantarse si el bebé los necesita. Aceptar, entender y asumirlo, es también parte de esta nueva etapa.
– Jugar: no todo en el sexo es penetración, pueden tener sexo oral, estimularse, darse un baño relajante juntos, enviarse mensajes calientes o buscar momentos para besarse apasionadamente y mimarse bajo las sábanas.
– Ponerse de novios: Durante unas horas los fines de semana pueden dejar al bebé al cuidado de los abuelos y dedicarse a reinventar la pareja en total intimidad y sin interrupciones.
– No esperar: La baja del deseo sexual no se soluciona con el tiempo, al contrario, tiende a empeorar si no se consulta a un sexólogo. Los tratamientos suelen ser breves, totalmente exitosos y destinados específicamente a recuperar la energía sexual.