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Lun, Abr

El destete

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Cuando cambiamos la forma de alimentar al bebé de teta a mamadera no estamos destetando realmente, sino que estamos modificando una conducta, ya que la succión sigue siendo la manera de conseguir el alimento. Por lo tanto, destete no es sinónimo de dejar la teta.

 

El destete es un proceso familiar, a veces la decisión es de la mamá, otras por causas externas como en los casos en los que la madre requiere algún tratamiento que requiera la interrupción de la lactancia. Otras veces por una indicación, no del todo acertada, como es el caso de los embarazos. También es frecuente la indicación de discontinuar la lactancia porque el bebé no engorda adecuadamente, cuando en realidad lo que podría estar fallando es alguna dinámica en relación a la forma de amamantar.

Otro motivo podría ser la presión social: “¡Sacale la teta a ese chico que ya tiene dientes!”, “¡Ya camina, no le des más teta, no la necesita!” y muchas expresiones más que atentan contra esta relación tan linda y sana que se genera entre una madre y un hijo a través de la lactancia.

Lo concreto es que según la recomendación de la OMS el destete no debería producirse hasta por lo menos los dos o tres primeros años de vida, la cual no es una fecha de vencimiento y hay quienes siguen mucho más allá de eso sin ningún perjuicio ni para la mamá ni para el niño.

El destete debe ser gradual. Representa la forma en que afrontamos los cambios. La madre debe estar serena para poder guiarse por sus sentimientos, su percepción y sus ganas.