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Sáb, Abr

El reloj biológico de la alimentación

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El avance de la ciencia y la tecnología han permitido prolongar de manera extraordinaria la esperanza de vida. Así, el desafío que nos toca asumir hoy, ya no es vivir más años, sino hacerlo con un buen estado de salud y calidad de vida.

 

“En este contexto, cobra cada vez más relevancia la importancia de realizar una alimentación adecuada y llevar un estilo de vida saludable, que incluya la  práctica regular de algún tipo de ejercicio físico, la realización de actividades recreativas y culturales, y también la disminución o abandono de hábitos perjudiciales como el consumo de tabaco, alcohol y la automedicación”, recomiendan desde la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (FAGRAN).

Más allá de lo que podamos hacer para estar bien, los expertos aclaran que el envejecimiento es un fenómeno complejo, que incluye cambios sustanciales de toda índole en la vida de una persona: fisiológicos, psicológicos, sociales y económicos. A medida que aumenta la edad, por ejemplo, la capacidad de absorción intestinal es menor, disminuyen el gusto y el olfato y aparece la dificultad en la masticación, alteraciones que influyen de manera negativa, aumentando el riesgo de sufrir algún tipo de carencia. En este sentido, se hace necesario analizar la relación entre el envejecimiento y la alimentación.

“La alimentación y nutrición influyen e intervienen en este proceso de varias maneras. Con el paso de los años, los aportes alimentarios tienen un rendimiento menor, y como el apetito también tiende a disminuir, se hace indispensable administrar los nutrientes necesarios. La alimentación debe ser equilibrada y suficiente para prevenir carencias, y de esa manera poder retrasar la aparición de enfermedades y acompañar de forma saludable el proceso natural del envejecimiento”, señalan desde FAGRAN. Y aclaran que una alimentación saludable es aquella que hace posible el mantenimiento de un óptimo estado de salud.

“Se recomienda realizar las 4 comidas (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y evitar periodos de ayuno prolongado. La ingesta adecuada de calcio y de vitamina D previene la desmineralización ósea, lo que reduce la incidencia de fracturas y retrasa en desarrollo de osteoporosis”, explican los especialistas.

Las Guías Alimentarias para la Población Argentina recomiendan consumir diariamente leche, yogur y/ o quesos, preferentemente descremados. Es importante tener en cuenta que, de tratarse de lácteos descremados, deberán estar correctamente fortificados con vitamina D. En la actualidad existen en el mercado opciones como yogures fortificados con calcio y vitamina D, que contribuyen a cubrir el 50% de la recomendación de estos nutrientes.

Además, los nutricionistas resaltan que otro componente esencial para mantenerse saludable es el agua. Puede considerarse como un verdadero nutriente, especialmente en las personas mayores, en las que hay que prestar mucha atención a su estado de hidratación. Se recomienda beber al menos 8 vasos de agua por día.

Por último, en FAGRAN hacen hincapié en que es fundamental disfrutar de las comidas y, siempre que sea posible, compartir la mesa. “La alimentación no es sólo una necesidad de ingerir nutrientes, también es un momento agradable de comunicación y de disfrute familiar y social”, concluyen.