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Vie, Mar

Verse bien lleva tiempo

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Todas las mujeres hacemos mil cosas al mismo tiempo, pero cuando se es emprendedora, es todavía peor. Sabés que sos la cara de tu marca en cada reunión pero los tiempos no te dan nunca y necesitás estar divina en dos minutos. Y, mientras estás con el secador de pelo, la planchita, el maquillaje, los tacos y cambiando de cartera lo más rápido posible, tu marido se ducha en 5 minutos, como mucho combina la camisa con la corbata, y ya está listo como un campeón y en algún lugar de tu alma lo odiás en silencio.

 

Salís a la calle arrastrando a tu hijo/a, la persona que más amás en el mundo pero que de vez en cuando querés matar. Porque la maternidad es maravillosa pero viene con pequeños momentos de tendencias suicidas. Y cuando finalmente lo dejás con la maestra y te subís a un taxi que se tiene que convertir en helicóptero para poder llevarte en tiempo récord al otro lado de la ciudad, te llega un mensaje del grupo de WhatsApp de las mamis del jardín con una placa que dice: “la belleza de una mujer está en el brillo de su mirada”.

Y entre el cansancio y el estrés entrás en estado de furia. Te dan ganas de gritar por la ventanilla ¡no mientan más! Es que usamos mucho de nuestro tiempo, esfuerzo y dinero en vernos bien. Y si realmente somos naturalmente perfectas o la belleza está en el brillo de nuestra mirada avísennos porque nos ahorramos un montón de plata: maquillaje, depilación, ropa, zapatos, carteras, cremas, productos para el cabello, gimnasio, y demás.

Si la belleza estuviera en el brillo de mi mirada yo pesaría 20 kilos más por lo menos y no me peino nunca más en la vida. No se preocupen, seguiré manteniendo el glamour.

Pero así como organizamos tan bien nuestra agenda para cumplir con las entregas, tenemos que saber organizar nuestro look. En mi caso no sólo son innumerables reuniones de trabajo sino también eventos, shows, apariciones en televisión o producciones de fotos. A veces, incluso, empiezo con varias reuniones de trabajo y termino por la noche en un evento sin lograr pasar por casa. Aunque parezca que la vida es eso que sucede entre los sueños de “cuando sea grande” y el desánimo de “ya estoy demasiado vieja para esto”, el emprendedor sigue adelante contra viento y marea.

Podría ser muy feliz escribiendo en piyama desde la cama sin usar nunca maquillaje. A veces me quejo porque me parece que paso más tiempo pintándome las uñas y tratando de que mi pelo le gane a la humedad, que realmente escribiendo. Por supuesto no es así, es que cuando hacés lo que realmente amás, el tiempo pasa volando.

Ya estaba al borde de convertirme en una Mark Zuckerberg, quien decidió un día usar siempre remeras grises para ahorrarse tiempo en decisiones, cuando me pareció que era hora de tener una asesora de imagen.

En la primera entrevista le conté de mis corridas, el poco tiempo que tengo y la necesidad de mostrarme como una dama en toda ocasión, pero estar cómoda al mismo tiempo. Y les voy a compartir algo que me dijo y a mí me hizo cambiar el punto de vista: “siempre hay que salir a la calle como si supiéramos que nos vamos a encontrar con un ex novio o con esa estúpida del colegio que se creía la gran cosa”. Para mí fue un motor de acción porque nada me incentiva más en la vida que arruinarle el día a esa gente mostrándome en mi mejor esplendor.

Igual me molesta dedicarle mucho tiempo (que no tengo) a la estética y por eso opté por opciones  que me permiten estar impecable con menos esfuerzo.

-Depilación definitiva, lo que les aseguro que fue la plata mejor invertida sobre todo si, como yo, tenés la piel muy blanca y el pelo tan oscuro que desde la cuadra de enfrente ya se ve si tenés un pelo fuera de lugar.

-Permanente y teñido de pestañas. No sólo me ahorra ponerme rimmel sino que no se corre y tardo mucho menos en sacarme el maquillaje. Con un corrector de ojeras liviano, una sombra clara y un brillo labial ya estoy lista para salir a la calle sin que me pregunten si me siento mal.

-Shock de keratina para el pelo. La verdad es que destrozamos nuestro pelo. Entre el secador, la planchita y el spray en los días de humedad, llega un momento en el que el pelo se vuelve inmanejable. Con un buen baño de keratina cada 3 meses bajás el friz, el volumen, no necesitás tanta planchita y hasta, a veces, podés evitar el secador.

-Uñas esculpidas y esmalte semipermantente. Tengo que confesarles que no me gustaba nada la idea porque soy de esas que hacen muchos arreglos en su casa y no me veía lijando una pared con las uñas de Susana Gimenez pero ¡¡sí, se puede!! Sólo tuve que acostumbrarme a lavar los platos con guantes de goma y usar guantes de trabajo cuando hago otras actividades. No sé por qué las mujeres cuidamos más las uñas de caja que las propias, pero es así. Ahora tengo las manos más cuidadas y me evito salir todos los días a la calle soplándome las uñas y manchando toda mi ropa con esmalte.

Es verdad que nuestra idea de “vernos bien” no es más que una convención social, pero convertir el tiempo que antes me parecía una tortura en un espacio de relax, eso no tiene precio.

Sole Castro Virasoro es la creado de la marca Mujeres Alfa.

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Estética: Florencia Diogo Spa Link: 

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