El sexo que más piensa en la mujer - Sexo tántrico

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No hay manera de aburrirse cuando de sexo se habla. En esta oportunidad te presentamos el sexo tántrico. Este tipo de sexo, es un modo diferente de concretar el acto sexual, basado en enseñanzas orientales que, por medio de la meditación y ejercicios de respiración, incrementa el placer y retarda la eyaculación masculina, dándole a la mujer la posibilidad de tener más momentos de goce y múltiples orgasmos.

 

No es una técnica sencilla, por el contrario, requiere de tiempo, entrega y concentración de ambas partes y de una ambientación acorde que haga relajarse aún más, porque lo fundamental es utilizar los cinco sentidos.  

 

Quienes practican el sexo tántrico suelen disfrutar de mejor manera, se piensa en el otro y eso mismo es lo que lo hace tan placentero. No se tiene el objetivo de llegar rápidamente al orgasmo, sino que la finalidad es el transcurso, todo el proceso, para aumentar el clímax.   

Con el tantra se trata de extender la conciencia y liberar la energía. Para ello hay que fundirse con el espíritu y la mente y escuchar al cuerpo. La energía cumple un papel fundamental, el sexo es un momento espiritual en donde los amantes se respetan y se unen para lograr ser una sola persona. El cuerpo es sagrado, por lo tanto se lo cuida, se lo mima, se lo se deleita en su totalidad.  

Como el sexo tántrico disfruta de todos los sentidos, también es muy importante  que entren en escena el ambiente, la música, la iluminación, los sabores y los aromas. Para eso los inciensos afrodisíacos de sándalo y rosa, y las velas aromáticas que cumplen la doble función de iluminar y aromatizar, son ideales para dar un clima relajante y sensual.  

Los ejercicios fundamentales para esta técnica son simples, la respiración juega un papel primordial. Tenés que respirar en forma pausada y sincronizada con tu pareja, uno debe exhalar, tomando todo el aire posible, cuando el otro inhala, de esa manera toman el aire del otro. Si se hace con los ojos cerrados se puede sentir cómo la energía recorre el cuerpo.  

Los movimientos deben ser lentos, suaves y pausados, se pueden utilizar aceites para las caricias y los masajes, es mejor usar la yema de los dedos y recorrer cada rincón del cuerpo, siempre hay que dejar para lo último los genitales. Los besos tienen que ser dulces y largos y deben darse con los ojos abiertos para poder mirarse y descubrirse. 

Conviene aguantar el mayor tiempo posible la penetración, si están cansados o sienten que es el instante del clímax, relájense, respiren profunda y lentamente y sigan todos los movimientos en forma pausada. Una vez llegado el momento, el pene debe permanecer inmóvil dentro de la vagina, mientras tanto continúan los besos y las caricias. Así se atrasa el orgasmo para sentirlo luego más profundamente y en todo el cuerpo.  

Lo que importa en este sexo es la calidad y no la cantidad, es preferible hacerlo menos seguido y desear cada vez más, para acumular la energía sexual que debe transitar por todo el cuerpo para que tengamos orgasmos más intensos. Cuánta más excitación haya habrá un aumento de dicha energía que pasará de un cuerpo al otro.  

En el sexo tántrico, la mujer es una diosa a la que hay que darle todo el placer y homenajearla, ella es la que manda en el acto sexual y el hombre tiene que tener el manejo de su eyaculación ya que debe durar.  

Si se dejan de lado los miedos, la vergüenza, y demás impedimentos se podrá llevar una práctica sexual sin tapujos, y se logrará el autoconocimiento que conducirá a la vez al conocimiento de la pareja. Si comprendemos nuestros sentimientos, nuestros gustos y nuestros deseos, mientras se desarrollan los mimos, vas a relajarte y vos misma vas a marcar el ritmo, por eso está involucrada la sabiduría.

Hay que estar preparada para llevar adelante este tipo de sexualidad, les resulta más fácil a las personas que practican yoga porque tienen incorporado la mayoría de los requisitos. De todos modos, nunca es tarde para vivenciar una nueva experiencia.