Trata de personas: un delito que traspasa las fronteras

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La trata de personas es un flagelo que aqueja al mundo entero. El secuestro y la explotación sexual de mujeres y niños, extienden sus redes en el interior del país y hacia el exterior. Es un tema que fue ganando lugar de a poco en los medios, y de este modo se conoce y se sabe cómo operan los tratantes.

“Yo la busco a mi hija con vida”, afirma Susana Trimarco en las primeras imágenes del documental “Fragmentos de una búsqueda”, dirigido por Pablo Milstein y Norberto Ludin, estrenado este mes. Cuenta la lucha de Susana, que es la mamá  de Marita Verón, víctima de la trata de personas. Por medio de imágenes y  entrevistas se cuenta la historia de la familia Verón a partir del secuestro y desaparición de Marita, en abril de 2002 hasta la actualidad. La tenacidad, la fuerza y el valor de esta madre, se ven allí plasmados, así como el dolor y la sensación de injusticia.  

El comisario Jorge Tobar, encargado de este caso, cuenta que a Marita la trasladaban de un lugar a otro de acuerdo a los pasos que se daban en la investigación. En el documental también se devela un entramado de poder que ampara y protege el negocio de la trata, haciendo alusión a lo que realmente ocurre en este delito.  

Es importante saber cuáles son los modos en los que se reclutan a las víctimas de la trata, para  tener extremo cuidado en lo que esté a nuestro alcance. Los procedimientos son: por secuestros en la vía pública; por medio de ofrecimientos laborales con buenas condiciones y remuneración sin necesidad de experiencia; a través del contacto por Internet, lugar donde se pueden obtener datos directos de la víctima e inclusive por medio de las fotos que se publican en las páginas o las “salas de chat”; con la creación de falsas agencias de modelos; el abandono del hogar por parte de las víctimas, situación inclusive alentada por los reclutadores; y por último, por ofrecimiento de matrimonio o convivencia, que conlleva el alejamiento del lugar de origen, y el sometimiento de las víctimas a los agresores.   

En “Fragmentos de una búsqueda”, el padre de Marita Verón cuenta que al hacer la denuncia por la desaparición de su hija, la respuesta fue que “seguramente se había ido con un noviecito, y que ya iba a volver”. Esto nos deja la incógnita de cuál es el papel que el Estado y la justicia deben cumplir frente a este delito.  

Marita Verón fue secuestrada el 3 de abril de 2002, aproximadamente seis años después se promulgó en Argentina la ley 26.364, “Prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a sus víctimas”. La familia Verón, junto al comisario Jorge Tobar, quien encabezó la investigación, ya llevaban kilómetros de búsqueda, horas y horas de preguntas, de reclamos, de denuncias, y numerosos riesgos en la piel de Susana Trimarco, quien se infiltró en prostíbulos para encontrar a su hija y salvar a otras chicas de la trata.  

El proyecto se aprobó en 2006 en la cámara de Senadores y dos años después se convertía en ley. Su objeto es prevenir y sancionar el delito de la trata de personas, así como asistir a sus víctimas. En los artículos que la conforman, se define a la trata de personas como “la captación, el transporte y/o traslado, la acogida o la recepción de personas” con fines de explotación. A su vez, se tipifica a ésta como la esclavitud o servidumbre, realizar trabajos forzados, cualquier forma de comercio sexual y la extracción de órganos. Por otra parte, la asistencia a las víctimas consiste en brindar alojamiento, comida y apoyo psicológico, deben ser escuchadas, protegidas y su identidad permanecer reservada.  

En cuanto a las sanciones, se fija una pena de tres a seis años de prisión para quienes secuestren personas mayores de 18 años para la trata, agravándose si hay vínculo conyugal o familiar. En el caso de menores de ese rango de edad, la pena es de cuatro a diez años, alcanzando los quince años de prisión si la víctima es menor de 13 años.  

Contar con una ley que prevenga y condene la trata de personas, constituye un paso adelante en la lucha contra este delito. Sin embargo recibió críticas de parte de organizaciones no gubernamentales, y de parte de Susana Trimarco, debido a que establece la trata de personas mayores de 18 años cuando “mediare engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier medio de intimidación o coerción”, esto implica que se debe demostrar que no hubo consentimiento por parte de las víctimas hacia los captores.  

La trata de personas es una causa social, que se instaló. Es un tema que se convirtió en bandera por la defensa de los derechos humanos, y que es llevado en alto por personas, como lo hace la mamá de Marita quien sigue luchando para acabar con este espantoso delito. Desde Concepto de Mujer queremos concientizar a la sociedad y llamar a la acción.