La elegancia es la capacidad que todas tenemos de mirarnos y mimarnos más para lograr una imagen distinguida. También es la posibilidad de ser mujeres elegantes, refinadas y con glamour pero, ¿alguna vez te tomaste el tiempo para serlo?
Cuando nuestra voluntad comienza a trabajar y descubre qué cosas son las que nos hacen lucir mejor y qué hábitos generar para lograrlo, en ese momento preciso nace la elegancia en nosotras.
En esta nota comparto sugerencias para lograr una imagen equilibrada y coherente:
-Estar cómodas, conocer nuestras preferencias a la hora de vestirnos es muy importante. Se necesita de mucha conciencia para poder distinguir cuáles son las texturas que nos sientan confortables.
-El calce correcto, quiere decir que las prendas delinean sutilmente la figura, si la ropa queda tirante o muy grande nuestro aspecto quedará desprolijo.
-Invertir en telas de calidad porque las económicas tienden a verse menos sentadoras, mientras que los géneros de calidad superior se ven mejor y tienen mayor duración.
-La monocromía de color, elegir un mismo color en todo el cuerpo nos asegura una imagen distinguida y a la vez nos estiliza la figura.
-Los accesorios son el broche de oro de un equipo, hay que elegir aquel que se ubique en aquella zona del cuerpo que más nos guste que nos miren.
-Planificar, las buenas compras se analizan y se gestionan de acuerdo a los faltantes del guardarropa. Es conveniente preparar una lista de prendas que sumen a nuestro estilo, dándonos la oportunidad de realzar nuestra personalidad.
Siempre recordá que menos es más y que cuanto menos dejes al descubierto muchas zonas de tu cuerpo, más elegante y distinguida te verás.
La elegancia marca la diferencia y hace que tu imagen se destaque, brille y sea única.
¿Estás dispuesta a trabajar en ello? ¿Qué te falta conocer de vos para tener todas las herramientas del glamour?