Esta nota va a dirigida a todas aquellas personas que encuentran en soledad su corazón o que está preso del dominio de la mente que le dice conformate. Me refiero a esa soledad que aterra y por la cual algunas eligen seguir compartiendo sus días con una persona que en vez de ayudarlas a experimentar alegría, amor, compañerismo, crecimiento espiritual y salud, se encuentran en la oscuridad de la tristeza, de la angustia, de los desencuentros verbales, que son cuestionados, situación que puede llegar al límite, a poner en riesgo la propia vida e integridad.
Muchas mujeres se han resignado a estar solas y piensan que es lo mejor que les puede pasar, pero esto es una coraza porque saben que desean esa alma gemela tan soñada.
También están quienes una y otra vez se encuentran con la misma clase de hombres y repiten la misma historia que las lastima, convencidas que el próximo va a ser mejor. Nunca pierden la esperanza de encontrar al ideal.
Pero, ¿realmente existe el hombre de nuestros sueños?
Sí, claro que existe, sólo que nosotras necesitamos comprobar nuestros pensamientos y creencias y eso es lo que experimentamos como realidad. Esas creencias limitantes nos cierran el camino, y las repetimos permanentemente.
Si podemos descubrirlas, si podemos enfocarnos en lo que deseamos, ponerlo en palabras, hacerlo consciente, recién ahí, podremos atraer a nuestra pareja ideal.
Es cuestión de proponérselo, de pensar que todas nos merecemos a un hombre bueno, que nos quiera, nos proteja, nos respete y nos sea fiel.
Cuando sepamos que está a nuestro alcance, nuestra historia va a cambiar y vamos a poder encontrar una pareja y tener una vida sexual plena.