18
Jue, Abr

Violencia sexual, sometimiento y dolor

Typography

Lamentablemente estamos acostumbradas a escuchar a diario sobre los abusos sexuales o violaciones que sufren algunas mujeres por parte de desconocidos, pero ¿qué pasa cuando lo mismo pasa en el ámbito del matrimonio o la pareja?


Primero sería interesante aclarar a qué se llama violencia en el sentido general y cómo tiene que estar dada una relación para que se vivencie la misma.


La denominación de pareja hace referencia a pares, iguales, compañeros, pues justamente es lo opuesto a una relación violenta. En ésta, uno siempre está por encima del otro, ejerce autoridad, hay un sometedor y un sometido. Comúnmente es la mujer la sometida y el hombre es el que genera un ambiente en el que ella se siente incapaz y sin recursos para salir adelante.


Generalmente la violencia sexual es acompañada de otros tipos de violencia, puede incluir la física o la psicológica. En la última se la expone a la mujer diariamente y puede hasta producirle patologías psiquiátricas que desaparecen cuando ella logra salir y alejarse de su agresor, (son secundarias a la violencia misma).


Aquellas que padecen la violencia sexual también sufren la violencia económica, en donde el compañero desea tener su control absoluto ya que la visualiza como “peligrosa”. Dada su inmadurez emocional son incapaces de comprender sus propias emociones y sentimientos y la mujer aparece como la representante más fiel de la emoción misma. Es por eso que ellos no las dejan trabajar, estudiar, ni manejar dinero, impiden cualquier tipo de desarrollo personal que pueda favorecer la autoestima y la seguridad.


Por este motivo las mujeres se encuentran acorraladas y acceden, contra su voluntad, a los pedidos, muchas veces descabellados, de sus maridos, por temor a quedar en la calle o a que él se quede con sus hijos.


Diversas asociaciones e instituciones gubernamentales y no gubernamentales brindan  asesoramiento y sostén a todas aquellas mujeres que están dispuestas a vivir mejor y terminar con esta situación. Ofrecen apoyo psicológico, legal, social, y la posibilidad de contactarse con otras mujeres que han logrado terminar con la violencia en sus vidas.

 

Si no tenés ganas de tener sexo y tu pareja te obliga, denuncialo!!! Eso no es amor, es sometimiento. Hacete valer.