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Vie, Dic

Nutrición y Celulitis - Tu piel depende de vos

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¿De qué se trata esta afección que tanto nos preocupa? ¿Se cura, se puede mejorar, se puede prevenir? Esto nos preguntamos las mujeres porque somos las que más la sufrimos y las que tratamos de encontrar la fórmula mágica que nos libere de este calvario. 

La celulitis es una alteración que afecta más a mujeres que a hombres y que está influenciada principalmente por factores hereditarios, pero también es consecuencia de la mala alimentación, la falta de actividad física, el sedentarismo, los aumentos y descensos de peso bruscos y el estrés, entre otros. Afecta principalmente a las piernas y las nalgas pero también puede notarse su presencia en las zonas donde predomina más tejido adiposo.

La piel está formada por la dermis (capa interna) y epidermis (capa  externa), constituidas por células que sintetizan fibras y que almacenan grasas, vasos, nervios y una sustancia gelatinosa. Ésta es incolora, compacta  y transparente, se encuentra entre medio de las células y a través suyo se realiza el pasaje de nutrientes, oxígeno, vitaminas y minerales. Se llama sustancia fundamental y es en donde comienza a formarse la famosa y odiada celulitis. 

Para prevenir o retardar su aparición, se tienen que evitar las sustancias tóxicas como el cigarrillo, el café, el alcohol y la mala alimentación por excesos de grasas, sodio y azúcares. Este tipo de productos se acumulan en dicha sustancia, se hace más espesa, y así se disminuye el paso de nutrientes y oxígeno a cada una de las células, entonces comienzan a funcionar mal y aumentan la formación de fibras y tabiques. De esta manera, a medida que pasa el tiempo se van acortando y formando los famosos pocitos que se hacen cada vez más notorios. Situación que se empeora si le sumamos un exceso de peso que permite el aumento del tejido adiposo, agravando y congestionando más las zonas afectadas. 

Por su parte, cuando estamos estresadas hay una descompensación hormonal que produce alteraciones metabólicas, y a nivel celular genera mayor formación de edemas y dolor.  

Esta afección comienza con la formación de nódulos que se van haciendo más visibles a través del tiempo, los poros están abiertos y la piel tiene la apariencia característica de “piel de naranja” donde los nervios y las venas se comprimen, apareciendo dolencia, mala circulación y generalmente varicosidades en casos mas avanzados. 

Pero no todo está perdido, si se conocen las causas se pueden encontrar las formas de combatirla, no de eliminarla pero sí de mejorarla. Esto se logra si se erradica el sedentarismo, se realiza actividad física, se detectan factores que nos producen estrés, y si se implementan planes de alimentación saludables en donde se incluyan los siguientes alimentos: 

  • Carnes magras (vaca, pollo, pescado, cortes magros, retirando la grasa visible antes de cocinar) huevos y lácteos descremados; éstos nos aportan proteínas, vitamina B12, hierro y calcio, necesarios para la renovación celular y metabolismo energético.
 
  • Cereales integrales, granos, legumbres en pequeñas cantidades; los que nos aportarán fibras, hidratos de carbono, vitaminas del complejo B, que aportan un mejoramiento a nivel circulatorio.
 
  • Frutas y Verduras; ricos en vitaminas y minerales, antioxidantes y agua, sumamente beneficiosas para la absorción de nutrientes y eliminación de toxinas.
 
  • Frutas secas (porción pequeña) las que nos proveerán aceites esenciales y vitamina E, necesarios para el mantenimiento de membranas y síntesis de sustancias que participan en la defensa de nuestro organismo.
 
  • Aceites vegetales, se prefieren los de primera prensada en frío, y no más de 1 cucharada sopera por comida. Presenta también componentes importantes para el buen funcionamiento de membranas celulares y síntesis de sustancias que alimentan nuestras defensas, además de mejorar el perfil de grasas en sangre. No utilizarlo para cocción porque pierde sus propiedades beneficiosas.

 También la forma de preparación es muy importante, hay que optar por preparados al vapor en los vegetales, a la plancha, horno o parrilla  para las carnes y algo muy importante, evitar las frituras. El aceite se debe agregar después. 

Es sumamente importante ingerir abundante líquido durante todo el día, agua preferentemente, y productos light como los jugos, los amargos, las tisanas y las gelatinas. Disminuir el consumo de sal, azúcar, café, tabaco y alcohol. Realizar las 4 comidas principales, sin saltear ninguna, colaciones si es necesario; además es importante que a cada una de ellas le dediques el tiempo necesario con tranquilidad. 

En pocas palabras, nosotras podemos empezar por cuidarnos y hacer lo posible por vivir saludablemente. Conjuntamente con esto, hay que realizar tratamientos porque realmente dan muy buenos resultados y a medida que se evoluciona en esta temática, cada vez son más sofisticados. Pero, hay que modificar hábitos porque si no son buenos no hay manera que podamos ayudar a que nuestra apariencia mejore. Depende de vos. Empecemos el cambio por dentro!