Si sentís cansancio y notás deterioro en tu piel o digestión, es recomendable que empieces a “limpiar” y nutrir tu cuerpo de adentro hacia afuera, mediante la eliminación de toxinas y la ingesta de alimentos saludables. Un programa de desintoxicación puede ayudar al cuerpo a mantenerse saludable a través del refuerzo del sistema inmunológico. Además, al desintoxicarse, el cuerpo limpia la sangre y elimina impurezas procesadas a través del hígado.

“Este tipo de programas se pueden llevar a cabo durante tres días, en los que es especialmente importante consumir gran cantidad de agua: por lo menos 2 o 3 litros por día”, enfatiza la médica nutricionista Dra. Andrea Miranda (MN 149.634), directora de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI). La especialista recomienda llevar a cabo una rutina como la que se detalla a continuación.

Recuperar el cuerpo perdido puede ser difícil. Comenzaremos con un plan sencillo pero no nos olvidemos que debe ser equilibrado e incluir alimentos de todos los grupos para aportar los nutrientes necesarios y conservar la salud.

Debemos considerar la Medida en la porción y la Distancia entre las comidas, estos son dos puntos claves.

Café, cítricos, bebidas isotónicas, vino y otras infusiones o costumbres perjudican a los dientes y no lo sabemos. A continuación te contamos de qué alimentos cotidianos debemos proteger nuestra sonrisa, para tener los dientes más limpios y sanos. 

Vino ¿En qué nos perjudica?

Los alimentos con color muy intenso, como el vino tinto pueden provocar pigmentaciones dentarias que alteran el color de nuestros dientes. A su vez, el tinto y el blanco, provocan erosión ácida que daña la superficie del esmalte; ello lo podemos prevenir teniendo diferentes cuidados al momento de ingerir estas bebidas, se puede comer queso al mismo tiempo de beber el vino y no cepillarse los dientes por al menos 60 minutos luego de la ingesta utilizando dentífricos con baja abrasividad.

Si sabemos que quienes han realizado profundos cambios en su estilo de vivir, dan cuenta de expectativas de vida cinco o seis años mayor que la nuestra, ¿por qué cuesta tanto adoptarlos y, sobre todo, sostenerlos?

La pregunta tiene dos respuestas. La primera radica en la falta de información sobre los aspectos que hacen a la prevención y la segunda tiene que ver con el manejo de la frustración ante cualquier proceso de cambio.