Hablar sobre sexo suele ser un tema difícil para una gran cantidad de personas y cuando nuestros hijos son los que requieren de esta información suele ser aún más incómodo y complicado. Comenzamos a pensar qué le decimos y qué no, y cuáles son las palabras más adecuadas para usar.
Es recomendable hablar de sexualidad y de reproducción en el momento en que ellos nos preguntan y responder sólo a eso, ya que si de una pregunta no les surge otra, es porque es esa la información que están preparados para recibir en ese momento.
En general nos toman por sorpresa, de todos modos lo fundamental es que tomemos con naturalidad sus preguntas para no incomodarlos a ellos tampoco.
Pero, ¿qué sucede cuando nuestros hijos llegan a la adolescencia? En esta etapa suelen darse dos casos extremos, están los chicos a los que les encanta contarnos todo y aquellos que son reservados.
Durante toda la infancia debemos brindarle la información sobre el cuidado de nuestro cuerpo y el derecho a poner los límites que crean sobre el mismo. Es un tema fundamental ya que si hablamos de ésto se interiorizará sobre los cambios corporales, la menstruación en el caso de las niñas, y los temas sexuales en sí mismos, a su vez estamos contribuyendo a prevenir los abusos y la reproducción no deseada.
Cada tema va a quedar librado a cuán cómodos estemos y estén nuestros hijos dialogando con nosotros, siempre es positivo que como madres nos informemos de mano de profesionales, y que podamos brindarles una alternativa a sus dudas en caso de que no nos sintamos a gusto hablando de sexo.
Lo principal es hacerles llegar la información calificada. Hablar de sexo con nuestros hijos puede no ser una tarea sencilla y no en todos los casos es posible, por ahí no por nosotras como madres, si no porque ellos son los que no quieren.
La propuesta es guiarlos a las respuestas de los profesionales, para que comencemos a educar sexualidad, con menos prejuicios y traumas y aumentemos nuestra plenitud y felicidad.