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Vie, Mar

Fumadores y vapeadores, más expuestos al COVID-19

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Un nuevo documento de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, junto con otras asociaciones y sociedades científicas de Latinoamérica, afirma que fumadores y usuarios de sustancias inhaladas, tendrían riesgos mayores en la pandemia por COVID-19.

 

 El humo del tabaco deteriora varios componentes de los mecanismos de defensa del aparato respiratorio, generando alteraciones que favorecen la aparición de infecciones respiratorias bacterianas o virales y podrían explicar por qué las personas que fuman presentan no sólo una mayor incidencia sino manifestaciones más graves de infecciones respiratorias como influenza, neumonías y tuberculosis, convirtiéndose en importantes causas de enfermedad y muerte en este grupo poblacional.

En el brote de MERS–Cov (Síndrome Coronavirus Respiratorio del Mediano Oriente) del 2012, se identificó al consumo de tabaco como un factor vinculante a la hora de  padecer la infección. Entonces es probable que los fumadores tengan una mayor susceptibilidad a infectarse también por SARS-Cov-2, o de padecer la enfermedad COVID-19 con mayor severidad. 

Por otra parte, el uso de sistemas electrónicos de administración de nicotina (conocidos como cigarrillos electrónicos, e-cigs o vapeadores), exponen a los usuarios a partículas y a tóxicos, que generan alteraciones en los mecanismos de defensa respiratoria similares a las producidas por el tabaco combustible. Los mismos efectos se ven potenciados por productos de tabaco calentado, la exposición "pasiva" al humo del tabaco, la contaminación atmosférica y de interiores por combustibles sólidos (humo de leña), entre otros.

Además, el acto de fumar o "vapear" –que involucra también el de llevar repetitivamente los dedos a la boca- aumenta la posibilidad de transmisión del virus. A su vez con este mismo acto se pueden contaminar los cigarrillos, dispositivos electrónicos, pipas de agua (también llamadas "hookah" o narguiles) o cigarrillos de marihuana aumentando la probabilidad de contagio.

¿Tienen las personas que fuman una evolución más severa o peor pronóstico si adquieren COVID-19?

En el reporte Características clínicas de la enfermedad por coronavirus 2019 en China, sobre un total de 1099 pacientes con COVID-19 en el que se evaluaron la severidad de los síntomas y una variable de resultado compuesta (ingreso a Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), necesidad de ventilación mecánica o muerte) la condición de ser un fumador actual se asoció con síntomas severos y mostró resultados estadísticamente significativos (16.9% vs 11,8%) y con peor desenlace (25,8% vs 11,8%).

A propósito, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el consumo de tabaco aumenta drásticamente el riesgo de muchos problemas de salud graves, incluidos problemas respiratorios (como cáncer de pulmón, tuberculosis y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica - EPOC) y enfermedades cardiovasculares. La cesación tabáquica puede ser especialmente importante para prevenir la infección por SARS-Cov-2 o evitar complicaciones de COVID-19.

Además, es posible que los consumidores de tabaco que dejan de fumar sufran un menor impacto sobre su salud si se infectan, porque dejar de consumir tabaco tiene un efecto positivo casi inmediato en la función pulmonar y cardiovascular. Estos beneficios aumentan a medida que pasa el tiempo, permitiéndoles a los pacientes con COVID-19 responder mejor a la infección y reducir el riesgo de muerte. La recuperación más rápida y los síntomas más leves también reducen el riesgo de transmisión de la enfermedad a otras personas.