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Jue, Mar

Sabé cómo está tu autoestima

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Es muy común decir y escuchar: “tiene la autoestima baja” o “me bajó la autoestima”. Diagnosticamos y nos diagnostican por sucesos puntuales  o comentarios escuchados al pasar.


 ¿Cómo saber si nuestra autoestima está sana o hay que trabajar en ella? Empecemos recordando qué es autoestima.

La autoestima es el sentimiento valorativo de nuestro ser en su totalidad. Para decirlo sencillamente, es un pequeño evaluador interno que nos mide la distancia entre lo que consideramos un ideal (de belleza, inteligencia, espiritualidad, valores, físicos, etc) y cómo nos vemos en la realidad. Cuanto más cercana esté mi yo ideal de mi yo real, mejor será la evaluación de mi autoestima y como me autocalificaré.

Si esta distancia se alarga, entonces la calificación ya no será tan buena, y el evaluador se puede poner muy crítico, cruel y agresivo, dando por resultado la sensación de desvalorización que acompaña siempre a lo que llamamos “baja autoestima”

¿Cuáles son las señales de que este “evaluador” está siendo excesivamente crítico?

-Me hablo a mí misma faltándome el respeto asiduamente. (¡Siempre la misma tonta! ¡Mirá cómo estás, horrible, mirá esa panza, etc)

-Los pensamientos se centran en lo negativo y me cuesta ver los aspectos positivos. Esto es válido para cuestiones sobre mí misma, pero también sobre mi entorno. (“Seguro que en el examen me fue mal”, “No me van a tomar en ese trabajo porque hay miles mejor que yo”, “mejor no voy a la reunión, para qué si total no me va a querer hablar nadie”)

-La autoexigencia es EXAGERADA. No está mal ser exigente consigo misma, pero es importante tener una correcta evaluación de la realidad. De lo contrario, sólo es una excusa más para autoflagelarnos  (“Ya van 3 clases de salsa que asisto, cómo puede ser que no me salga el giro, soy una completa inútil para el baile”)

-Me comparo odiosamente. Todas las comparaciones son odiosas, pero algunas más que otras. Para comparar, tenemos que hacerlo con elementos parecidos. Cuando la auotestima está “baja”, el evaluador nos hace fijarnos con personas que no están en la misma sintonía que nosotras. (“Yo tengo la misma edad de Araceli González y  mirá como está ella mientras que yo soy un desastre”) Vale para otras áreas como  logros laborales o económicos.

Estas son algunas señales de alarma a tener en cuenta.

Si te pasa demasiado seguido o a diario el vivir alguna de estas situaciones seguro tenés un grave problema de autoestima. ¿La buena noticia? Se puede trabajar para mejorarla y sentirse mejor con una misma y con el  mundo. Dá el primer paso, animate a salir de ese lugar, no somos todas iguales y eso es justamente lo que nos hace maravillosas.