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Vie, Abr

TOC, vivir en un mundo agotador

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El trastorno obsesivo compulsivo es una patología crónica que se relaciona con los trastornos de ansiedad. Se caracteriza por presencia de obsesiones y compulsiones que generan inquietud, fatiga mental y sufrimiento.


 Las obsesiones se pueden definir como pensamientos recurrentes, invasivos que se le imponen al paciente más allá de su voluntad y que producen alta ansiedad y angustia.

No son solo preocupaciones de la vida cotidiana, sino pensamientos que hostigan.

Hay gran cantidad de ideas obsesivas, las más comunes tienen que ver con la posibilidad de sufrir algún daño, pérdida o enfermedad, o bien, que esto le suceda a un ser querido. También pueden aparecer imágenes indeseadas con temáticas sexuales, religiosas, etc.

Las compulsiones son actos repetitivos o rituales que se utilizan para disminuir la ansiedad, controlar los pensamientos obsesivos o bien para evitar que suceda algo negativo.

Algunos ejemplos típicos de estas conductas son: lavarse las manos permanentemente, (incluso hasta lesionarse la piel), ordenar objetos minuciosamente de alguna manera específica, verificar de forma repetida alguna acción ya realizada como reconfirmar si está cerrado el paso de gas, aunque se sepa fehacientemente que ya se hizo antes.

También pueden aparecer actos mentales, tales como rezar reiteradamente, repetir frases, contar números hacia atrás, etc.

Muchas veces estos comportamientos están asociados a pensamientos mágicos, a partir de los cuales se realizan conductas ilógicas y hasta ridículas para controlar el devenir o para que no suceda algo negativo.

Hay personas que se sienten obligadas a realizar determinadas conductas porque si no lo hacen piensan que va a pasar algo malo, por ejemplo, abrir y cerrar 10 veces el cerrojo de la puerta porque sino un familiar puede enfermarse gravemente. Estas ideas generan gran ansiedad y pueden conducir a un laberinto sin salida en el que el miedo es el que domina. Este círculo invariable llega a ocupar mucho tiempo en su vida y producir gran sufrimiento.

Es muy frecuente que las personas que padecen este trastorno no lo compartan con  sus amigos o familiares por miedo a que los crean locos. Sus pensamientos obsesivos se terminan convirtiendo en secretos nunca develados y solo sus comportamientos compulsivos emergen a la vista, denunciando aquello que se esconde. Esta situación los ubica en un lugar de soledad que termina empeorando su cuadro.

En resumen, las obsesiones atormentan, generan ansiedad e impulsan los comportamientos compulsivos que también hacen sufrir, producen agotamiento físico y mental y son ineficaces para eliminar la ansiedad.

Se trata de un trastorno que lleva a vivir en un mundo agotador que deteriora progresivamente la calidad de vida de las personas, por eso es fundamental buscar rápidamente ayuda profesional.