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Vie, Mar

La mujer, agente transmisor de hábitos saludables en la familia

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Son muchas las virtudes que podemos enumerar de las mujeres pero, sin duda, una de las más importantes es la capacidad de cuidar. Todo el tiempo y, en diversos roles, las mujeres desarrollan el arte de cuidar.

 

 

 La alimentación equilibrada y la actividad física son pilares fundamentales de una vida más sana y  las mujeres  son las mejores agentes transmisores de buenos hábitos alimentarios.

 

“A diario se ve en las consultas nutricionales concurrir al hombre junto a su mujer o el adolescente junto a su madre porque ella es la que decide sobre la alimentación y la que ayuda. Cuando la mujer elige cuidar la alimentación de sus seres queridos los hábitos saludables que ella implementa serán aprehendidos por los integrantes de su familia, y ese es un bien inexpropiable”, comenta la Lic. Florencia Sauter, nutricionista de INEBA.

 

Por su parte, la colega y también referente de la institución Teresa Cóccaro, agrega: “Llevar a cabo una vida saludable es de suma importancia al momento de prevenir enfermedades y para ellos debemos llevar una alimentación variada acompañada de ejercicio y escuchando las emociones. De esta manera nos veremos bien por fuera pero también por dentro. Comer de manera saludable y cuidar el cuerpo es un acto de amor propio”.

 

La clave de una buena alimentación está en realizar cuatro comidas por día en horarios flexibles incluyendo todos los grupos alimentarios, haciendo hincapié en la variedad y el control de las porciones. Comer rico sin privarse de lo que gratifica no es una misión imposible y puede adaptarse a todos los modos de vida.

 

Sumar actividad física de tipo aeróbica es igual de importante para mantener un peso saludable y además para prevenir enfermedades metabólicas como colesterol, diabetes e hipertensión. Se trata de elegir una actividad que se pueda sostener en el tiempo, realizarla dos o tres veces por semana por al menos 30 minutos y que tenga como principal  objetivo estar sana - no delgada. “Cuando se elige estar saludable en vez de estar flaca se elige amarse en vez de juzgarse”, explica Cóccaro.

 

Cómo cuidar el corazón de la mujer

 

Si bien son más las campañas de prevención de los diferentes tipos de cánceres ginecológicos en la mujer – lo cual es sumamente importante – no hay que olvidar que la mortalidad en personas del sexo femenino por problemas cardíacos es seis veces mayor a la generada por las enfermedades oncológicas.

 

Las mujeres, sobre todo las jóvenes - suelen subestimar a la enfermedad cardiovascular, incluso suelen no identificar los dolores precordiales de un infarto como tal dolencia, ya que lo consideran una patología exclusiva de los hombres. En Argentina aproximadamente el 30% de las muerte en mujeres son a causa de enfermedades cardiovasculares, mientras que el cáncer alrededor del 15%, resalta el Dr. Carlos Reguera, médico cardiólogo, Jefe del Área de Medicina Preventiva y Cardiología de INEBA.

 

Las mujeres tienen mayor resistencia al dolor y por esta razón demoran o retrasan la consulta médica al sentir síntomas cardiacos. Sin embargo, la tasa de mortalidad por infarto de miocardio es mayor en ellas, sobre todo pasada la menopausia, donde las mujeres dejan de estar 'protegidas' por los efectos de los estrógenos, esto incrementa el riesgo de infarto.

 

"Lo recomendable sería realizarnos controles preventivos básicos de salud al menos una vez al año e ir reforzarlos a medida que avanza nuestra edad. Debemos tomar conciencia de que muchas veces los factores de riesgo no anticipan la enfermedad, sino que son la enfermedad. Por lo tanto debemos intensificar el cuidado y el control de cada uno de ellos, focalizándonos en la prevención”, agrega el especialista.

 

La alimentación saludable para el corazón es una manera importante de disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares (ACV). 

 

Para obtener el mayor beneficio para el corazón y cerebro, se deben consumir más frutas, vegetales y alimentos con granos integrales y proteínas saludables. Además, se deben evitar los alimentos con azúcares agregados, calorías y grasas.

 

Cómo organizar la dieta

 

Lo que sí:

 

-Frutas y vegetales: Al menos la mitad del plato debe contenerlos.

 

-Cereales integrales: Por lo menos la mitad de los cereales consumidos deberían ser cereales integrales como salvado, avena integral, harina de avena, maíz de grano entero, arroz integral, arroz salvaje, centeno entero, cebada de grano entero, alforfón, mijo, sorgo.

 

-Lácteos sin grasa o con bajo contenido de grasas: Estos incluyen leche, bebidas de soja fortificadas con calcio (leche de soja), queso, yogur y otros productos lácteos.

 

-Mariscos, aves sin piel, carnes magras, frijoles, huevos y frutos secos sin sal.

 

Lo que no (o al menos limitar):

 

-Grasas saturadas: Por lo general se encuentran en pizza, helado, pollo frito, tortas y galletas, tocino y hamburguesas. Es importante consultar la etiqueta de información nutricional de las grasas saturadas, no deben superar al 10 % de las calorías diarias.

 

-Grasas trans: Se encuentran principalmente en los productos horneados comercialmente preparados, refrigerios, alimentos fritos y margarina y son un riesgo para la salud del corazón. Se deben elegir alimentos con la menor cantidad de grasas trans.

 

-Colesterol: Está presente en los alimentos provenientes de los animales, como el tocino, la leche entera, el queso elaborado con leche entera, el helado, el yogur congelado con grasas y los huevos. Se deben consumir menos de 300 miligramos de colesterol al día.

 

-Sodio: Está en la sal pero la mayor parte del sodio que consumimos no proviene de la sal que añadimos mientras cocinamos o que usamos en la mesa sino de panes y bizcochitos, fiambres, pizza, panchos, pastas y condimentos (como el kétchup y la mostaza). Se debe limitar el consumo de sodio diario a menos de 2,300 miligramos (equivale a una cucharada).

 

-Azúcares agregados: Naturalmente, los alimentos como la fruta y los productos lácteos contienen azúcar. Sin embargo, se deben limitar los que contienen azúcares agregados como gaseosas, bebidas deportivas, tortas, dulces y helados.

 

Las bebidas

 

Algunas investigaciones revelan una relación entre beber con moderación y un menor riesgo de enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular. En el caso de las mujeres, hasta una bebida por día se considera beber con moderación. En el caso de los hombres, hasta dos bebidas por día. Una bebida es una copa de vino, una lata de cerveza y una medida de licor.

 

El rol del ejercicio

 

La actividad física es esencial para el mantenimiento y mejora de la salud. Está totalmente recomendada en la prevención de enfermedades a cualquier edad: en niños, adultos y ancianos. Hacer ejercicio de forma regular, con control y seguridad ayuda a mejorar la esperanza de vida.

 

Se considera actividad física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía.

 

Se ha observado que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo). Además, se estima que la inactividad física es la causa principal de aproximadamente entre un 21% y un 25% de los cánceres de mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes y aproximadamente el 30% de la carga de cardiopatía isquémica.

 

Un nivel adecuado de actividad física regular en los adultos reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas; mejora la salud ósea y funcional, y es un determinante clave del gasto energético, y es por tanto fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso.