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Vie, Abr

La inactividad física es la cuarta causa de mortalidad en el mundo

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En la actualidad la promoción de la actividad física y la evasión del sedentarismo es algo cada vez más visto. Desde diferentes ámbitos se intenta generar conciencia sobre lo bien que le hace al cuerpo, no solo a nivel estético sino orgánico, mantenerse en movimiento.

 

 Hoy la falta de actividad corporal es el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad mundial. Estar activos físicamente disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en general y en especial de mortalidad por cardiopatía isquémica en grado similar al de otros factores de riesgo.

El Dr. Federico Fuhr Tomatis, cardiológo del Área de Deportología de INEBA, explica que mantenernos activos tiene múltiples beneficios. "Hacer actividad física previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos, mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL), mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de padecer diabetes, mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal y disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon; entre algunas de sus funciones más importantes".

A su vez, ejercitarse permite incrementar el uso de la grasa corporal y mejorar el control del peso, mejorar la fuerza y resistencia muscular, mantener la estructura de las articulaciones, conciliar y mejorar la calidad del sueño, liberar tensiones y manejar el estrés, como así mejorar síntomas de la ansiedad y de la depresión al aumentar el entusiasmo y el optimismo del deportista.

"En adultos de edad avanzada disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente. También ayuda a controlar y mejorar la sintomatología y el pronóstico en numerosas enfermedades crónicas  como cardiopatía isquémica, hipertensión arterial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), obesidad, diabetes u Osteoporosis, entre otras", agrega el especialista.

¿Cuánto debemos ejercitarnos?

La recomendación es precisa: realizar actividad física entre 30 y 60 minutos 5 días a la semana de intensidad moderada.

¿Cómo sabemos si estamos bien para hacer actividad física y no excedernos?

Para ello es importante realizar una evaluación física previa a la participación deportiva. Ésta permite detectar cualquier condición clínica de riesgo que pueda afectar la salud y la seguridad de un atleta debido principalmente a anomalías cardiovasculares subyacentes.

¿Qué debemos chequear antes de "salir a la cancha"?

El Dr. Fuhr Tomatis enumera las diferentes evaluaciones a tener en cuenta, las cuales se realizan de manera sencilla y en poco tiempo en el consultorio. Con los resultados se evalúa la aptitud del paciente para realizar actividad física pudiendo prescribirse la misma según sus características.

Historia clínica: es importante tener en cuenta la historia familiar de enfermedad cardíaca y muerte súbita, antecedentes cardíacos personales y los síntomas relacionados con el ejercicio, síncope específicamente, dolor en el pecho y palpitaciones.

Examen físico: se debe incluir la medición de la presión arterial, la palpación de pulsos y la auscultación dinámica

Electrocardiograma y prueba de esfuerzo: son estudios básicos y de primer orden. En el caso de encontrarse hallazgos dudosos o patológicos serán derivados para estudios adicionales como ecocardiografía, holter, estudios invasivos (angiografía, ventriculografía, biopsia endomiocárdica, estudioelectrofisiológico), entre otros.

Prueba ergométrica graduada: en mayores de 16 años se evaluará la solicitud de hacerla, principalmente si el paciente realiza actividad física de carácter intenso y/o competitivo. Ésta se indica específicamente en mayores de 35 años en relación a la incidencia de patología coronaria teniendo en cuenta la presencia de factores de riesgo y antecedentes familiares de enfermedad cardiaca.

Ecocardiograma: ya se ha incorporado de rutina en algunos deportes como el rugby.

Con estas indicaciones y explicaciones de por qué se recomienda la actividad física, no dudes en comenzar a realizarla.